40 Industria 2019

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La industria aeronáutica en 2019 Gabriel Cortina Lo más relevante del año han sido dos decisiones: la firma del pr ograma FCAS (Future Combat Air Systems), con un fuerte significado tecnológico para la industria nacional, y la adjudicación de la nueva plataforma de entrenamiento, cuyo relevo era una de las prioridades del Ejército del Aire. También se han desarrollado avances en las iniciativas enmarcadas dentro de la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO) y las empresas nacionales se dieron cita en la Feria Internacional de la Industria de Defensa, FEINDEF, que contó con la presencia de las principales compañías aeroespaciales y tecnológicas. En este contexto, cabe mencionar el calendario legislativo y el hecho de continuar con un presupuesto pendiente de ser formalizado por el Gobierno . revista de aeronáutica y astronáutica / enero-febrero 2020 40 industria aeronáutica La industria aeronáutica y de defensa sigue a la espera de la definición política del presupuesto porque afecta a los programas, define las prioridades y señala las capacidades que se desean llevar a cabo. En este año, marcado por el Gobierno provisional, se ha repetido la situación del ejercicio anterior, lo que crea un ambiente de incertidumbre en la industria, especialmente en lo que a inversión se refiere, y al capítulo de investigación y desarrollo en tecnologías. Podemos afirmar que 2019 ha sido un año de continuidad en la incertidumbre, y se han dado dos avances significativos: la firma del programa FCAS (Future Combat Air Systems) y la adjudicación de la nueva plataforma de entrenamiento. FUTURO SISTEMA AÉREO DE COMBATE El tema con más impacto y alcance del año ha sido la firma por parte de España, Francia y Alemania, del desarrollo del Futuro Avión de Combate Europeo. El evento tuvo lugar en el Salón Aeronáutico de París, y contó con la presencia de la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles. El proyecto aspira a ser el avión que sustituya a los cazas europeos en servicio, especialmente el Eurofighter y el Rafale, y supone un programa muy importante para las grandes compañías del sector. No se trata de diseñar y construir un avión de combate, sino todo un sistema aeronáutico integrado que sea capaz de operar conjuntamente en cualquier escenario, lo que implica aumentar el interés por parte de las empresas suministradoras. También lo es para las firmas españolas, pues, aunque Francia y Alemania planeaban inicialmente que España tuviera un estatus de observador, el Gobierno español solicitó formalmente participar como socio de pleno derecho. La intención, desde el punto de vista de la participación industrial, es repetir el esquema del programa Eurofighter, pero el sector manifiesta una seria incertidumbre en cuanto a las prioridades políticas del próximo Gobierno y a la estabilidad presupuestaria a largo plazo (supone 25 millones de euros para los dos próximos años y 110 millones de euros con Consultor de industrias aeroespaciales y de defensa


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