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MEMORIAL CABALLERIA 81

Historia y Patrimonio HISTORIA Incomprensiblemente, el Grupo Ligero Blindado de la Legión, trasladado en su día de Fuerte-ventura a Ronda, quedó disuelto tras un período en que recibió VEC con torres de 90 y se preparaba en la Base de Segovia (CMASA 2) un escuadrón de M-41 revisados pero sin mejoras. Estos carros terminaron en el Numancia, que no se podía creer que tuviera que devolver los M-47 E. Memorial de Caballería, n.º 81 - Junio 2016 99 EL PLAN NORTE El Plan Norte fue una tremenda reducción del Ejército de Tierra en unos momentos de crisis de reclutamiento y futuro diseño del ejército «profesional». Ante unos números de tropa que cada vez eran amenazadoramente más bajos, el Ejército se «autoinmoló» pensando que con ello no volvería a ser reducido, lo cual fue totalmente erróneo. Todavía se puede recordar cómo en 1999 se hicieron estudios de previsiones de reducción, bajando el número de tropa a 80.000, y otro totalmente impo-sible de que ocurriera a 60.000. La realidad superó posteriormente todas las previsiones a la baja y cuatro años después la tropa había descendido a 50.000 efectivos. Se volvían a establecer dos clases de fuerzas, de las que el tiempo demostró, como en épocas anteriores, que solamente sobrevivirían las consideradas de «intervención». Así, se creó una fuerza de maniobra, donde sus puestos se cubrían en alto porcentaje, y unas fuerzas movilizables, muy escasas de cobertura, lo que recordaba notablemente a las fuerzas de intervención y las de defensa operativa de otro tiempo. Su trayectoria fue la misma, aunque mucho más corta, ya que pocos años después las fuerzas movilizables habían desaparecido, salvo las de ambos extremos del Pirineo. Se completaba la estructura con unas fuerzas de defensa llamadas de área, en principio exclusivamente pensadas para la defensa de su zona pero que para compartir riesgos y gloria también fueron selec-cionadas (afortunadamente) para participar en misiones del exterior. Dentro de este entorno la Caballería, a pesar del sentimiento general, no fue especialmente castigada en proporción a las demás armas. De sus once regimientos quedó uno disuelto, dos des-activados (que en la práctica vino a ser lo mismo) y uno de escasa cobertura, quedando cinco en la Fuerza de Maniobra y dos en Ceuta y Melilla con sus plantillas cubiertas. Siguieron las desgraciadas nomenclaturas de ligero acorazado y acorazado, totalmente impropias, ya que apenas había diferen-cia de peso y potencia, como se ha dicho anteriormente, y por primera vez un regimiento quedó ex-clusivamente con ruedas, lo que le valió la denominación de regimiento ligero, aun cuando su peso y potencia también era similar, pero con un vehículo de combate que se consideró especialmente de caballería: el Centauro. No hubo cambios ni en la organización ni en las platillas que siguieron siendo las RETO. En unos momentos en que todo el Ejército se reducía, la Inspección del Arma luchaba por crear un escuadrón más en los grupos mecanizados. No fue posible, pero además el problema de los grupos no es que tuvieran dos o tres escuadrones, el problema es el apuntado anteriormente: si no hay plana mayor de mando ni escuadrón de plana mayor, no hay grupo. La Caballería, desde 1960, trataba de elegir su unidad de empleo táctico entre grupo o regimiento, y 40 años después todavía no lo había resuelto. A la vez, los coroneles y tenientes coroneles debían tener iguales puestos en todas las armas para igualar sus perfiles de carrera. Parecía claro que si el regimiento de infantería había perdido su papel táctico en 1965 en favor del batallón, el camino que debería seguir la caballería era similar. Personalmente siempre defendí, en su momento incluso en estas páginas (ver Memorial núm. 67, artículo «El Regimiento de Caballería»), al regimiento de cuatro escuadrones con un solo grupo de tres escuadrones y escuadrón de plana mayor, quedando el escuadrón «suelto» a disposi-ción del coronel. Sin embargo, existió una postura muy fuerte que manifestaba la pérdida proporcional de efec-tivos de caballería a favor de la infantería, entre otras cosas por no haber sabido defender el Arma Acorazada de Caballería. Pero si analizamos las proporciones, la Fuerza de Maniobra constaba del equivalente de 14 regimientos de infantería, que sumaban 23 batallones, y de 5 regimientos de ca-ballería. El «ejército de proyección» en el año 2000 tenía 71 compañías y 23 escuadrones, es decir, una proporción 3-1. Pocas veces la caballería había estado en esa proporción tan favorable.


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