nadas. Finalmente quiero agradecer muy singularmente a todos los asistentes durante estos tres días a estas jornadas, ya patrimonio del mundo universitario, empresarial e institucional de la Defensa, a todos los alumnos y profesores universitarios y profesionales civiles y militares que nos han acompañado y participado en los coloquios y debates. A todos muchas gracias. Y les confesaba también que en mi ánimo destacaba un profundo sentimiento de satisfacción. Y efectivamente, satisfacción por haber alcanzado con éxito los objetivos que nos planteamos, como foro inter-universitario y empresarial, e iniciativa del fomento de la cultura de defensa. Satisfacción por aportar visión en la búsqueda de un nuevo equilibrio entre la eficacia de las operaciones militares, y el incremento de la eficiencia, reduciendo al máximo costes y riesgos, y sin comprometer la necesaria seguridad de tales operaciones. Satisfacción por impulsar un necesario acercamiento entre universidad, empresa y administración, que debe ser sostenido en el tiempo para continuar la actualización permanente, en el seno de la economía pública, de la que hemos denominado “Nueva Economía de la Defensa”. Y satisfacción también por contribuir una vez más al logro del objetivo genérico de los profesionales de la milicia que no es otro que el de servir a la Sociedad, redefiniendo y actualizando en este caso y mediante estas jornadas, como ya hemos expresado, un nuevo concepto de Economía de la Defensa al servicio de la defensa de nuestra economía. Y, por último, como dijo Voltaire, “La mejor recompensa por un trabajo bien hecho, es haberlo hecho”, que en las Fuerzas Armadas traducimos por “ese íntimo sentimiento de satisfacción del deber cumplido”. Para finalizar, el jefe de Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez, clausuró estas Jornadas Aeroespaciales de Economía de la Defensa del Ejército del Aire, con las siguientes palabras: La economía de defensa constituye un tema de rabiosa actualidad en todos los estamentos y niveles de las Fuerzas Armadas. La crisis económica ha venido a abrirnos los ojos sobre la importancia de optimizar los recursos disponibles y emplearlos de manera eficaz. Desde el EMAD se trabaja incansablemente para impulsar los aspectos más destacados de la economía, ya que ésta alimenta el desarrollo, la seguridad y la defensa de nuestra nación. Como ya dijera Kofi Annan: “Un gobierno eficaz, transparente, responsable y confiable, que actúe bajo el predominio de la ley, es la base de un desarrollo sostenible, no el resultado de éste”. Y es precisamente este elemento de sostenibilidad y de estabilidad el que debe cimentar la organización y la financiación de las Fuerzas Armadas. Por tanto, la Ley de Programación y Financiación debe erigirse como la herramienta que fomente la seguridad y disponga del apoyo intelectual necesario a través de la cultura de defensa. Es necesario e imprescindible continuar la senda de la optimización de recursos y potenciar la transformación de las Fuerzas Armadas a través de tres pilares básicos: • Programación y Financiación. • Cultura de Defensa, y • Economía de Defensa. Pare ello, se ha constituido un grupo de trabajo en el EMAD, que se nutrirá de los resultados de estas provechosas jornadas. • REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2017 405
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