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Los primeros ensayos en Pau Entre los días 2 al 23 de febrero se realizaron en Pau nuevas 20 pruebas del dirigible España. Estaban previstos cuatro vuelos de prueba. El día 2 de febrero se llevó a cabo una prueba preliminar para la que embarcaron en el dirigible el financiero Henry Deutsch de la Meurthe, director general de la compañía Astra, los ingenieros Airault y Kapferer, el coronel Vives y el capitán Kindelán, un mecánico francés y el cabo La Tapia. En realidad, esta ascensión fue más bien un simple vuelo de exhibición y no una prueba de las capacidades y prestaciones del España. El 15 de febrero, el España efectuó su primera ascensión, que era realmente de pruebas, después del accidente. Recorrió 28 Km en 38 minutos y regresó a Pau volando sobre el hipódromo. Según la prensa, los tripulantes (es decir Vives y Kindelán) se encontraban satisfechos del resultado del vuelo. El 18 de febrero se llevó a cabo el segundo vuelo de prueba, para el que embarcaron en el España Airault, Vives y Kindelán, además de los mecánicos Lafastille, Illiot y La Tapia, acompañados, según la prensa, por la esposa de Airault. Es de suponer que la presencia de Mme. Airault se haría para demostrar la absoluta seguridad del dirigible en vuelo y no porque realmente formase parte de la tripulación de pruebas. En esta ascensión el dirigible recorrió 15 Km en 30 minutos y a una altura de 150 m; el vuelo finalizó “satisfactoriamente” según la prensa francesa, y parecía que el dirigible emprendería pronto el camino hacia su cuartel general de Guadalajara. Aunque las pruebas resultasen satisfactorias, la velocidad del España no parecía muy elevada para tratarse de un dirigible “que iba a participar en las operaciones de Marruecos”. De todos modos, aún faltaba la prueba más importante, que debía consistir en una ascensión nocturna de 10 horas de duración. Después del éxito de esta segunda ascensión de pruebas en Pau, se decidió que ese mismo día se haría la prueba de 10 horas de vuelo nocturno. A medianoche el viento estaba en calma y la tripulación se preparó para elevarse rápidamente. Se sacó el España de su hangar, pero en el momento en que iba a comenzar a elevarse, llegó una ráfaga de viento del sur, cambió la previsión del tiempo y el vuelo de prueba se retrasó al 23 de febrero. El accidente del 23 de febrero El 23 de febrero el España se elevó para efectuar las últimas pruebas de recepción a las 2 y 45 minutos de la madrugada, ya que las pruebas debían consistir, entre otras cosas, en un vuelo nocturno. En esta ocasión con Airault iban a bordo Vives, Kindelán y La Tapia, con un mecánico francés; también iban Van del Henvel y A. Roussel, por parte de la casa Astra, y además se había embarcado el fotógrafo español Leopoldo Alonso, que durante esta época realizó algunos de los mejores reportajes de la historia de la aeronáutica, tanto en dirigibles como en aeroplanos, publicados en las revistas ilustradas de la época. El dirigible realizó “un hermoso vuelo”, según la prensa, hasta las seis de la mañana, en que se formó una densa niebla que impidió a los aeronautas ver el terreno que sobrevolaban y “reconocer su ruta”. Temiendo que el viento les arrastrase hacia las primeras estribaciones de los Pirineos, decidieron posarse y, cuando iban a descender a eso de las 7 de la mañana, la hélice del España se rompió contra un árbol oculto por la niebla; también resultó dañada parte de la barquilla, pero los aeronautas no sufrieron ningún daño. El Inflación del dirigible en presencia del coronel Vives y el capitán Kindelán La tripulación del España para las pruebas en Pau. De izquierda a derecha, el coronel Vives, el ingeniero Airault y el capitán Kindelán. Revista Nuevo Mundo, n.º 839. Jueves, 3 de febrero de 1910 El dirigible España saliendo del hangar para efectuar las primeras pruebas en Pau. Foto, Calliz. Nuevo Mundo, n.º 842. Jueves, 24 de febrero de 1910


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