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66 —Deseo—le digo—me comunicara sus impresiones sobre el Aeródromo y Real Aero Club local para la revista Motoavión y al mismo tiempo le ofrezco el último número de la citada revista. —Excelente es—me dice el Sr. Espinel—. En Albacete se lee mucho; está avalorada por prestigiosas firmas y esto hace que su lectura sea amena e instructiva. Le agradezco, en nombre de Motoavión, las alabanzas que de la revista ha hecho, y amablemente se presta a complacerme. —Aunque—me dice—ha de ser cosa breve, pues ha de marchar en seguida al Aeródromo. —Aceptado—le digo. Y comienzo el interrogatorio: —¿……? —La Compañía Española de Aviación, de la que soy profesor en la escuela de pilotos de Albacete, de acuerdo con el Consejo Superior de Aeronáutica y según convenio hecho con el Real Aero Club local, me designó para que viniera a dar un cursillo y bautismos de aire a los socios del Aero Club y fomentar con ello las aficiones aeronáuticas. Estaré durante un mes y después volveré a incorporarme a la escuela de Albacete. —¿……? — El Aeródromo actual está en muy buenas condiciones, y es de esperar que una vez terminado resulte magnifico. La Junta del Aeropuerto y la del Real Aero Club la he encontrado muy dispuesta a hacer cuantas indicaciones se encaminan a la mejor orientación del Aeródromo, dándome toda clase de facilidades; además trabajan con mucho entusiasmo para dotar a Almería de un gran aeropuerto, que puede ser de mucho provecho para la ciudad. —¿……? — El Real Aero local está constituido por numerosos socios, entre los que hay elementos muy valiosos que trabajan con mucho entusiasmo por el engrandecimiento del Club; teniendo en cuenta que este Club es muy reciente, creo que en breve tiempo podrá parangonarse con otros de España. Además, tiene el propósito de establecer una escuela de pilotaje y esto ha de proporcionar al Club una vida muy próspera. —¿……? —Sí. He hecho aquí muchos bautismos de aire a personas de ambos sexos, quedando maravillado de la decisión de las señoritas almerienses e incluso de señoras de avanzada edad, que han quedado admiradas de las sensaciones experimentadas, así como de los bellos paisajes vistos. —¿……? —No puedo decir nada de los alumnos, porque es prematuro aventurar juicio alguno sobre ellos ya que llevamos muy pocos días de clase. Cuando nuevamente quiero interrogarle, le avisan que el coche está a la puerta para ir al Aeródromo y hemos de separarnos con gran sentimiento por mi parte, pues la charla simpática del Sr. Espinel subyuga sobremanera, pero no hay remedio. Ya en pie, me tiende nuevamente la mano, que estrecho gustosísimo, mientras unos bocinazos del auto que parte ponen punto final a esta petit interviú. Varias tardes he ido al Aeródromo a presenciar los vueles, de los que yo también he quedado admirado. A presenciarlos, así como a tomar el bautismo del aire, acuden diariamente numerosísimas personas que dan al Aeródromo vistosidad y animación; la bella mujer almeriense ha puesto en esta hermosa fiesta un granito de arena, pues con su admirable arrojo y decisión ha abierto aún más la brecha por donde diariamente acuden con ansias de vuelo numerosísimas personas. Todas las que han volado muéstranse encantadas, no solo de las bellezas admiradas en el vuelo, sino de la pericia y habilidad que en el mando del aparato tiene el Sr. Espinel, que por su admirable seguridad ha despertado en pocos días un entusiasmo aeronáutico digno de loa y alabanza. El día 18 el Sr. Espinel realizó en el Parque Alfonso XIII varias acrobacias ante numerosísimo público que aplaude entusiasmado, confirmando una vez más con estos ejercicios su calidad de piloto consumado y experto. Manuel Salvador. Almería y agosto 1930. Implantación de un nuevo régimen político y la decisión de colgar el uniforme A finales de junio de 1931, el Gobierno provisional del nuevo régimen republicano había publicado un Decreto para estimular el retiro de las clases de tropa y asimilados de las distintas Armas y Cuerpos del Ejército que llevasen un mínimo de nueve años de servicio, «cualquiera que sea el tiempo que les falte para pasar a dicha situación». Todo ello con la intención de facilitar la salida «al personal que, según las nuevas plantillas del Ejército, resulte sobrante de las mismas ». Dentro del plazo de veinte días establecido a partir de su publicación, Espinel elevó la correspondiente instancia al ministro de la Guerra, solicitando acogerse a los beneficios que ofrecía la mencionada disposición (27). En el Servicio de Fotogrametría Aérea La Ley de 6 de agosto de 1932 retomó, en su artículo 5.º, la idea surgida en la década de los veinte, de catastro por fotogrametría aérea. La imagen aérea, en sustitución del croquis del Avance Catastral, se convertiría así en el prin- Espinel con Ernesto Navarro, por entonces uno de los mejores pilotos civiles de España, ante un aparato Latécoère, y en compañía de un grupo de señoras. Álbum de Telesforo Espinel, Archivo Histórico del Ejército del Aire (AHEA, Villaviciosa de Odón)


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