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LA I.M. EN EL CANTÓN... tares profesionales y accedió a su entrega. Poco hizo, ¿o poco pudo hacer?, el gobernador militar para atajar el movimiento en su comienzo, la actuación de Guzmán fue tibia y poco decidida. Lo cierto es que su conducta le pasó factura, entre los años 1874 y 1876 figuró en el Estado General de la Armada como número uno del Cuerpo pero sin desempeñar destino alguno. En 1877 pasó a la situación de retiro. El mismo día 14, en un intento de sofocar la sublevación, llegó de incognito a Cartagena el ministro de Marina, capitán de fragata Enrich. El ministro, tras comprobar personalmente la situación en los buques ya sublevados, en compañía del contralmirante Dueñas y Sanguineto, comandante general del Departamento, mandó formar en la plaza de armas del Arsenal a las fuerzas del 3er regimiento de IM, Guardia Arsenales y marinería para arengarlas, pero obtuvo una respuesta muy fría. El ministro, vista la situación y el éxito de la rebelión en los buques, decidió autorizar el abandono de la plaza. Dueñas dio la orden de que se abrieran las puertas del Arsenal a los insurrectos, los cantonales comenzaron a ocupar sus dependencias, las tropas de IM se unieron a los voluntarios cantonales y se pasearon en son de triunfo por las calles de la ciudad. La gran mayoría de los oficiales de IM, de otros cuerpos de la Armada y del Ejército, tanto en activo como retirados, pudieron abandonar la ciudad junto con sus familias sin ser molestados, con pasaportes firmados por el general Contreras. Entre los que salieron de Cartagena estaban el Gobernador Guzmán, el coronel Gamarra y el primer jefe del 1er Batallón del 3er Regimiento teniente coronel Joaquín Albacete Fuster. En la hoja de servicios de Albacete se reseña que permaneció en la ciudad: “…hasta el 14 de julio, que entregada la plaza y Arsenal de Cartagena al jefe de la insurrección cantonal y no adhiriéndose a dicho movimiento, salió con el capitán general del Departamento y demás autoridades de Marina para Madrid, a cuyo punto llegaron el 16 presentándose en corporación al Sr. Ministro de Marina.” La revolución cantonal había triunfado por completo. Los cantonales presumían de contar con: ”…la inexpugnable Cartagena con todos sus Castillos, Arsenales, Parques, escuadra blindada, Milicia ciudadana, Marinería de las fragatas Numancia, Vitoria, Almansa, Méndez Núñez y Tetuán con los vapores Fernando y otros varios avisos, un Batallón de Infantería Sublevación cantonal. Puerta del mar, Cartagena. Julio de 1873. de Marina, Guardias de Arsenales, Regimiento de Iberia, un Batallón de movilizados y otras fracciones que, con los artilleros, componen un total de nueve mil hombres, solo dentro de Cartagena, con la mejor artillería del mundo…”. Desde ese momento los cantonales desarrollaron una amplia actividad político-militar que les llevó, en expediciones marítimas o terrestres, por localidades murcianas y de otras provincias cercanas (Albacete, Almería, Alicante, Valencia, Málaga…) en un intento de extender el cantón, recaudar dinero y víveres, necesarios a partir de que se estableció el cerco de la ciudad, que se completó el 18 de septiembre. BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA 43


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