ESPECIAL
«Nos reuníamos
alrededor de los fallecidos
—en ocasiones, con los
sanitarios del hospital—
y guardábamos
unos minutos de silencio»
Como el vivido en Leganés (Madrid), cuando
vio la fecha de nacimiento de una mujer
y comprobó que coincidía con el día de
su muerte. Él y su equipo trataron a todas
y cada una de las víctimas con el máximo
respeto. «Nos reuníamos alrededor de los
fallecidos —
en ocasiones, con los sanitarios
del hospital— y guardábamos unos
minutos de silencio», expone.
Tiene claro que son militares y que trabajan
para dar apoyo a la sociedad, pero,
aunque algunas veces no se viera, debajo
de sus propios equipos de protección
se escondían las lágrimas y la impotencia
ante una situación muy complicada.
Al llegar a casa, trataba de desconectar y
lo cierto es que su mujer y sus hijos, de
ocho y seis años, le han ayudado. «Hemos
organizado yincanas y otros juegos»,
matiza. Siempre atento al teléfono, pues
sabía que la llamada de España nunca ha
entendido de horarios.
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