ESPECIAL
El siguiente paso en esta desescalada fue
el término de la colaboración del Ejército
en la vigilancia de fronteras, que se llevaba
a cabo en puntos de Badajoz, Cáceres,
Gerona, Huesca, Navarra, Orense, Pontevedra
y Zamora, a mediados del mes de
mayo. Donde este apoyo se matuvo hasta
casi el final fue en la frontera con Marruecos,
en las ciudades autónomas de Ceuta
y Melilla.
DESCONTAMINACIONES
Y DESINFECCIONES
En esta etapa intermedia de la operación,
el esfuerzo principal del Ejército lo
constituyeron las descontaminaciones y
desinfecciones, que —aunque también
descendieron en términos globales— no
cesaron, hasta situarse en cerca de 2.000
actuaciones al cumplirse los 60 días desde
su arranque.
A principios de junio, la “Balmis” experimenta
un nuevo descenso con la retirada
completa de los apoyos en el hospital
y centro de acogida de IFEMA, y de otros
enclaves como el hospital de campaña
de Medina del Campo (Valladolid); el de
Nuestra Señora de la Candelaria y Cruz
Roja (Tenerife); el Hospital de La Palma; el
centro de acogida de la Casa del Mar, en
Ferrol (La Coruña); el Colegio Mayor Jorge
Juan (Madrid); o el albergue de la Feria de
Barcelona.
También en ese momento, se pone fin a
las patrullas mixtas que se realizaban con
la Guardia Civil y la Policía Nacional en lugares
El Ejército de Tierra
ha aportado
todas sus capacidades
humanas y materiales
a esta lucha
como la ciudad de Badajoz o en el
puerto comercial y el aeropuerto de Fuerteventura.
La finalidad de estas patrullas,
que comenzaron a principios de abril, había
sido asegurar y controlar los puntos
más vulnerables y las infraestructuras críticas.
Sí se mantuvo el apoyo a la vigilancia
de las centrales nucleares de Almaraz
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