ESPECIAL
La crisis sanitaria también ha hecho ver
las cosas de otro modo a la cabo 1º Diop,
que quiere aprovechar todo el tiempo que
pueda junto a las personas que están a su
lado. Destinada en la Brigada “Canarias”
XVI, ha afrontado la operación “Balmis”
con vocación. La misma que le transmitió
su padre, antiguo miembro de la Legión.
A sus 37 años, ha estado en cuatro misiones
30
en el exterior y va a cumplir dos décadas
en el Ejército. Sin embargo, no puede
terminar de creerse todo lo ocurrido: «Ha
sido como si estuviésemos viviendo algo
que no es real», reconoce. Su trabajo se
ha centrado en la desinfección de residencias,
consultorios y otras instalaciones
de Gran Canaria, entre las que se encuentra
el propio centro de menores de la isla.
Su objetivo como militar lo tiene claro: saber
adaptarse a todas las circunstancias.
Aunque no tenía experiencia como tal en
NBQ, porque no es su especialidad, tanto
ella como sus compañeros han afrontado
de la mejor forma posible las labores encomendadas.
«Contábamos con una formación
básica, además nos impartieron
un curso previo sobre las labores que hemos
estado realizando con los equipos de
desinfección», explica.
En los cometidos que ha realizado, muchas
veces no han existido los horarios,
aunque siente que su trabajo ha sido muy
gratificante: «La gente se hacía fotos con
nosotros y nos aplaudía», recuerda.
También se veía ese mismo espíritu entre
el propio personal de la unidad, que prestaba
ayuda en todo momento y se mostraba
muy implicado. «El compañerismo
es un pilar en la vida militar y, sin eso, nosotros
no funcionamos», expone Diop.
CABO 1º DIOP
Batallón de Cuartel General
de la Brigada “Canarias” XVI