Réplica del pozo original de Broad Street
Callejero de Londres con las ubicaciones de los fallecidos
realizado por John Snow
Superposición del resultado del algoritmo de Kernel y las
ubicaciones de los pozos
Introducción
En el año 1854 la ciudad de Londres sufrió una
devastadora epidemia de cólera. Decenas de
miles de personas fallecieron como consecuencia
de la misma. El hedor era tal que se pensaba
que la epidemia se transmitía a través del aire.
Por aquel entonces, en Londres no había aún
alcantarillado, lo que hacía que a lo largo de
toda la ciudad se distribuyeran numerosos pozos
negros, muchos de los cuales se encontraban
desbordados. Ante esta situación y el aumento
constante de la densidad de población, las autoridades
de Londres autorizaron arrojar los deshechos
diarios directamente al agua del Támesis
que era, precisamente, el origen que alimentaba
las fuentes y pozos de agua que se distribuían por
la ciudad para el consumo humano.
En la actualidad, conocemos que el cólera se
transmite principalmente por agua no potable y
alimentos contaminados con materia fecal humana
que contenga la bacteria responsable de
esta enfermedad. Pero en el Londres de mediados
del siglo XIX el agua que llegaba a los hogares
desde las fuentes podía discurrir junto a los
pañales de un bebé que sufría vómitos y diarreas.
Los cadáveres se apilaban sin control. No encontraban
la forma de aislar el foco de la enfermedad.
El doctor John Snow, célebre por haber anestesiado
a la reina Victoria durante el parto de su
octavo hijo, y Henry Whitehead, un sacerdote
de la iglesia del Soho, unieron sus talentos para
poner fi n a la tragedia. Juntos determinaron que
la causante de la misma era el agua. A partir de
ahí, la clave para la resolución del problema estuvo
en la innovadora idea del doctor de plasmar
sobre un callejero de la ciudad la ubicación de
cada víctima. Sobre estos datos, empleando el
algoritmo de Kernel, calculó dónde se producía
la mayor densidad de fallecidos, dado que este
algoritmo permitía analizar dónde se producen
los fallecidos y los de su inmediata vecindad. A
continuación, sobre este mismo callejero, situó
los pozos de agua. De esta forma resultó evidente
que la mayor parte de las víctimas se encontraban
en las proximidades del pozo de Broad
Street. De una forma visual quedó evidente el
foco de la epidemia. La clausura del pozo puso
fi n a la misma.
Este está considerado como el primer caso de
empleo de la inteligencia geoespacial.
30 Armas y Cuerpos Nº 147 ISSN 2445-0359