cedencia española (véase los actuales subofi ciales),
siendo el resto indígenas fi lipinos que podían
ser trasladados a distintas posesiones. Más cercano
en el tiempo se habían creado durante el
siglo XIX, con gran éxito, los tiradores del Rif como
componentes de las Milicias Voluntarias de Ceuta,
en un principio solo con ofi ciales españoles.
Después de dilatadas deliberaciones que se
alargaron demasiado en el tiempo, las decisiones
adoptadas por los distintos gobiernos fueron en
primer lugar, el cambio de la ley del reclutamiento
(1911), que modifi caba a los cuotas; por otra
la del voluntariado con premio al año siguiente,
siendo la deseada por la mayoría parlamentaria
y de la prensa; por cada voluntario se retiraba
un forzoso del Protectorado. Al fi nal ambas
leyes resultaron insufi cientes. Por ello se avanzó
en lo relativo al reclutamiento de indígenas, que
creaba desconfi anza de lealtades, quedando
aparcada de momento, la menos deseable de
todas, las unidades legionarias semejante a la
francesa, pero que al fi nal se hizo indispensable
para complementar a las unidades indígenas. Y
es así como la necesidad forzó el nacimiento de
los GFRI y El Tercio.
Los GFRI
En 1911 el ministro de la Guerra, general Luque
y Coca, fi rmó al día siguiente de la publicación
de la nueva ley de reclutamiento, la creación de
un batallón mixto de infantería y caballería, de
carácter militar, denominado Fuerzas Regulares
Indígenas de Melilla, compuesto por cuatro compañías
y un escuadrón respectivamente, dependiente
de la Capitanía General de Melilla, cuya
formación inicial fue asignada al teniente coronel
de caballería Dámaso Berenguer. De esta
manera se daba cumplimiento a los acuerdos
de la conferencia de Algeciras, que estipulaban
que España debía emplear personal indígena
en sus unidades militares. La ofi cialidad era enteramente
española, a excepción de los ofi ciales
moros de segunda (alférez), uno por compañía,
y que se ampliaría a ofi ciales moros de primera
(teniente) en 1919, e incluso a capitán moro en
1937, mientras que la tropa sería en su mayoría
indígenas.
La recluta se efectuaba entre los voluntarios indígenas
de la zona que se presentaban en Ceuta
y Melilla, así como en los territorios ocupados por
España en el Protectorado, con la obligación de
servir indistintamente en cualquiera de estas dos
ciudades o donde fueran requeridos. Se les contemplaban
los enganches y reenganches como
a la tropa nacional, y tenían un sueldo que para
ellos era un sueño inalcanzable.
Al año siguiente se amplió a dos tabores (batallones)
de infantería, de tres compañías cada
uno, y a uno de caballería con tres escuadrones.
Una vez establecido un principio de acuerdo
sobre el modelo de ejército colonial, y ante la
necesidad de retirar fuerzas metropolitanas que
tranquilizaran a la sociedad, demostrado el buen
rendimiento de esta unidad, en 1914 se reorganizó
profundamente, aumentando a cuatro GFRI
Distintivo de los GFRI
Agosto - 2021 Armas y Cuerpos Nº 147 69