ENTREVISTA
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La poesía responde
a preguntas antes
de que el hombre
las formule,
va siempre por delante
útil es donde establecemos nuestra verdad
profunda, la única que no abandonaremos
cuando dejemos lo último que
dejemos aquí.
Ha publicado una veintena de poemarios
a lo largo de su carrera. ¿Cómo ha
evolucionado su poesía desde aquel
primer libro, en 1981?
La poesía, en el fondo, es algo sencillo,
que evoluciona como la vida. No precisa
de grandes palabras, ni de gestos oscuros
o grandilocuentes. Como poeta, yo me limito
a recoger la fruta del tiempo, lo que
el camino me da. Y el camino, que es sabio,
me enseña a ir cada vez más ligero de
equipaje, también en poesía.
Háblenos de su último libro, Jardín botánico.
¿Qué hace que sea tan especial?
Es tan especial como el momento que vivimos,
en el que somos tan conscientes
de nuestra fragilidad como sociedad y
como individuos, y lo necesarias que son
la solidaridad y la empatía. El jardín es una
metáfora clásica de la vida. Pese a estar
escrito antes de la pandemia, la poesía es
intemporal y es su don el de precisar de la
experiencia de cada lector para completarse.
Afortunadamente, he encontrado
en Cuadernos de la Errantía una editorial
joven y valiente, que cuida a los poetas y
no vive de ellos, sino para ellos.
Con 30 años recibió ya el accésit del
Premio Adonáis. ¿Qué importancia tienen
los premios de poesía? ¿Hay alguno
que le haya hecho especial ilusión?
Los premios reafirman el camino elegido,
son un estímulo, facilitan la publicación,
y a veces permiten vincular tu nombre al
de estudiosos o poetas a los que admiras.
Quizás haber recibido el premio San Juan
de la Cruz, en Fontiveros, haya sido el que
más me ha acercado a la verdad descalza
que busco. Pero los premios no te hacen
ni mejor ni peor poeta, aunque siempre
se agradecen.
¿Cuál es su diagnóstico de la poesía española
contemporánea? ¿Cómo valora
esa poesía actual que viaja a través de
las redes sociales?
La poesía responde a preguntas antes
de que el hombre las formule, va siempre
por delante. Actualmente se escribe
mucho y se difunde aún más. Es preciso
callar un rato para que las palabras se
aquieten y se posen, separando el grano
de la paja; no solo hay que decir, también
hay que atender: es detrás del ruido, en lo
que calla, donde está la poesía, incluso en
las redes sociales.
Además de poeta, usted es dibujante.
¿Es el dibujo otra forma de expresar
ese anhelo de infinito que todos llevamos
grabado en el alma?