![](./pubData/source/images/pages/page93.jpg)
Historia
91
Los cañones y los fusiles de la artillería de Melilla en 1921
general Picasso manifiesta
que:
«… las piezas ligeras es-taban
bien, pero las de mon-taña
llevaban once años de
servicio en campaña y se
estaban reemplazando, ha-biendo
recibido ya tres bate-rías
nuevas de las que sólo
una estaba en el campo».
No se comprenden bien
estas manifestaciones, por-que
tanto las piezas lige-ras
como las de montaña
tenían tiempo de uso simi-lar.
Pudiera ser que el co-ronel
Argüelles se refiriera
a una característica propia
del material de montaña,
su diseño descomponible
en cargas. La frecuencia
con que es necesario armar
y desarmar las piezas en
instrucción y en campaña
puede suponer desajustes y
roturas.
Las piezas de 7 cm mo-delo
1908 tenían un alcance
máximo de unos 5000 me-tros,
un peso de 512 kg en
batería y se organizaban en
cinco cargas para su trans-porte
a lomo (figura 9). O
bien podían arrastrarse «en
limonera» mediante dos mu-los
(figura 10).
Una pieza de montaña
siempre ha exigido muchos
artilleros para su servicio.
Descomponerlas en cargas
significa varios mulos y su
correspondiente conductor7
y para cargar y descargar
se necesitan cuatro artille-ros
de buena talla por cada
mulo.
Bajo la dirección de un
sargento jefe de pieza, auxi-
(7) No se le ocurra llamar mulero al conductor.
liado por un cabo y un ar-tillero
1º, en la figura 11 se
está procediendo a descar-gar
una pieza.
La munición se empaca-ba
en cajas metálicas de 9
disparos completos, vaina y
proyectil, con un peso unita-rio
de unos 6 kg, total 54 kg
por caja. Cada pieza contaba
Figura 12 - Batería de montaña plantilla
de guerra.
Figura 13 - Cañón Krupp de 8 cm - De
las láminas de Govantes 1887.
Figura 14 - Cañón Krupp de 9 cm - De
las láminas de Govantes 1887.