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aviones derribados. Para terminar, el libro se completa con una amalgama de textos en las que se recogen entrevistas al aviador de periodistas extranjeros, poemas y sonetos dedicados a García Morato en vida y artículos necrológicos de diferentes plumas, entre las que cabe destacar a autores como Rafael Sánchez Mazas, Tomás Martín Barbadillo, Víctor de la Serna y Víctor Ruiz Albéniz (firmado con el seudónimo de Tebib Arrumi, en árabe, Médico Cristiano). Lamentablemente, García Morato todavía no ha sido objeto de un trabajo específico de investigación en el que se aborde su faceta humana y aeronáutica. Aunque han transcurrido más de setenta años desde su muerte, en la actualidad, aparte de múltiples referencias sobre Morato en numerosos trabajos de investigación histórica sobre la guerra aérea en España, tan sólo se han reeditado sus memorias3. El estudiante de medicina José Luis Jiménez-Arenas Martín nos ha brindado en Cadenas del aire una de las obras más interesantes de la Aviación Hispana4. Jiménez-Arenas inició la guerra huyendo de Barcelona después de saber que su padre había sido ejecutado tras haber permanecido confinado en un barco-prisión del puerto de Barcelona. Se incorpora al frente de Madrid donde, mientras aguarda su solicitud para incorporarse a Aviación, trabaja como anestesista en un hospital de campaña. El libro de este aviador sevillano es útil para conocer el sistema de formación de pilotos en las escuelas de Tablada y el Copero volando las Bücker, los De Havilland DH-9 y los muy peligrosos PWS-10 Pavipollos antes de incorporarse al 6-G-15 como piloto de los biplanos de ataque a tierra Heinkel He-45 Pavos. Jiménez-Arenas es prolijo en sus descripciones técnicas del vuelo en el Pavo durante su intervención en Brunete, Asturias y Aragón, aporta datos numerosos sobre los componentes de su unidad, así como una fresca visión del ambiente que se vivía en la escuadrilla durante su participación en esos frentes. Transferido al 1-G-2 para tripular los Heinkel 51, Jiménez-Arenas realiza una minuciosa descripción del sistema de ataque conocido como “La Cadena” y sus efectos en las tropas republicanas durante las batallas de Valencia y ofensiva del Ebro, haciendo comparaciones con su experiencia anterior en los Heinkel 45. Finalmente, será reclamado por su jefe anterior de La Cadena, para tripular los monoplanos Heinkel 112 del 5- G-5, unidad con la que interviene en la campaña de Cataluña, hecho muy especial para él puesto, pese a haber nacido en Sevilla, se considera catalán por haberse criado en Barcelona. En la parte final de sus memorias, Jiménez comenta las sensibles pérdidas de varios compañeros del 5-G-5 y otros destacados pilotos de la aviación de Kindelán, especialmente la de Morato, ya que se encontraba presente en el campo de Griñón el día de su muerte. Jiménez- Arenas terminará la guerra destinado al aeródromo de Tetuán y luego pasa a León para entrenarse en el vuelo de los Messerschmitt Bf.109 E, dejando el Ejército del Aire para reingresar en la Universidad y licenciarse en Medicina. Por último, cabe citar el libro Combate sobre España. Memorias de un piloto de caza del noble gaditano José Larios. Este aviador sufre un periplo parecido al de Jiménez-Arenas, pues inicia la guerra lejos de aviación (en un Tabor de Regulares en Tetuán) hasta que se incorpora a Aviación como bombardero ametrallador. Larios compagina la redacción de su trayectoria en la guerra con la evolución militar de la misma, y para ello se apoya en los datos del libro publicado por José Gomá. Sus primeros servicios los realiza en un Breguet XIX de la base de Tablada antes de incorporarse a la escuadrilla de trimotores Junkers 52 “Toledo” del capitán Alfonso Carrillo, donde desempeña la 123 Heinkel 51 de la Cadena. Foto R. Varo


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