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AEROPLANO 28

En la edición del año 2006 de una popular enciclopedia se encuentra como cuarta acepción de la palabra observador la siguiente definición: combatiente instruido para reconocer y señalar objetivos y posiciones del enemigo, transmitir o explotar las observaciones recogidas, dirigir y corregir el tiro de las armas y otras funciones. Aunque no totalmente satisfactoria, la citada definición recoge algunas de las tradicionales funciones que los observadores han realizado en el pasado y podrían realizar en el futuro con medios distintos. En este artículo se trata de recordar los primeros cincuenta años de historia de los observadores militares. Esos aviadores han realizado las funciones mencionadas en la enciclopedia y muchas otras en globos y dirigibles, en primitivos aeroplanos y en modernos aviones desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. Una día de diciembre de 1964, el teniente coronel Jefe de Estudios de la Academia General del Aire anunció a los alféreces alumnos del cuarto curso (ST) de la 17 Promoción1 que iban a comenzar a partir de enero de 1965 un curso de Observador de Aeroplano. Entre esos alumnos se encontraba el autor de este artículo que acogió con alegría el anuncio y siguió con dedicación plena las clases teóricas y las prácticas en vuelo de aquel curso. Entonces no era consciente de que se iniciaba una nueva etapa en la historia de los observadores de aeroplano españoles. Una historia que ha estado íntimamente unida a la de nuestra Aeronáutica Militar en cuyas escuelas y unidades se formaron y sirvieron esos aeronautas. En este artículo nos detendremos en los aspectos de la historia de la Aeronáutica relevantes para seguir las vicisitudes de los observadores de aeroplano en el periodo comprendido entre 1884 y 1934. En ese medio siglo, los observadores sirvieron a España con heroísmo, entusiasmo y preparación contribuyendo en forma destacada a la creación y desarrollo de nuestra Aerostación y de nuestra Aviación. Espero que este pequeño relato sirva para recordar el glorioso pasado de los observadores y ayude a crear el ambiente adecuado para que se llene de contenido un título histórico. Para ello sería necesaria una preparación adecuada que sirva para responder a los retos que se están presentando en el aire y en el espacio. 5


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