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AEROPLANO 28

las clases en el aula dejaban paso a interminables horas de instrucción “en medio de un calor insoportable”, además de una serie de marchas y ejercicios de campo, todo ello preludio de la clausura del curso. Tras finalizar su primer año académico, Eusebio partió hacia Colmenar para pasar unos días de descanso. Con el permiso de su padre, se dio un merecido “homenaje” veraniego junto con otros compañeros, realizando un viaje a Valencia, Palma y Barcelona. VIVENCIAS DE UN “VETERANO” El regreso a la Academia le hizo pronto olvidar los buenos momentos estivales: “Desde el día 7 que tocaron diana a las 5 no he tenido un momento libre …, he tenido la mala suerte de tocarme unos profesores, los más exigentes de mi año, y sobre todo estos primeros días quiero estudiar todo lo que pueda para que formen un buen concepto de mí, y así tengo luego ganado un 50% para los exámenes, pues no siendo así me sería imposible aprobar …. A los de primero se los llevan mañana al campamento; con ellos lo pasamos algo distraído después de silencio pero les dan menos novatadas que a nosotros y sin embargo se quejan, y han metido ya a tres o cuatro en la corrección …. El Rey nos ha dedicado un retrato, en el mío dice lo siguiente: “Al alumno don Eusebio Paredes Morando, Alfonso XIII”. Está muy bien, cuando vaya lo llevaré para tenerlo en casa …. El puesto que he quedado este año no lo sé seguro, pues sé que estoy entre el 53 y el 62, y en la segunda sección de clase, así es que debo ser el 55, si no hubiese sido por el teniente aquel del año pasado hubiese sido un 20 ó cosa así … Yo estoy conforme con el puesto que tengo pues de la clase soy el que más puestos ha ganado, pues el año pasado tenía el 244, así que son cerca de 200”7. En este su segundo año, evocaba al Clásico sobre el gobierno de las armas y de las tripas, y también reflexionaba sobre la importancia de la amistad en el entorno militar: “El viernes nos regaló el Rey doscientos faisanes para la Academia y nos dieron una comida superior, pues además de eso nos dieron los tres platos reglamentarios y después de postre arroz con leche, y estaba muy bien hecho. … El miércoles a la hora de la revista, por armar ruido en la compañía, entró el teniente …, yo tenía el número nueve y me libré, fueron doce a la Prevención. Estoy cada vez mejor pues el cabo ese que está en mi sala se porta muy bien conmigo, ya no duermo donde antes, estoy en la misma sala pero ese cabo me ha llevado a su lado y estoy más resguardado del frío, pues por lo menos no tengo ni la ventana ni el ventilador tan cerca como lo tenía antes. Como ya os dije, el día que fue su santo le felicité y él mandó la tarjeta a su padre, que es teniente coronel, y el otro día le decía su padre en una carta que a ver si cuando fuese oficial iba a su regimiento, que haría por mí todo lo que pudiese, está en Barcelona, así es que aun cuando yo no conocía a nadie, aquí se va haciendo uno amistades que al día de mañana me pueden servir para algo”8. CAÍDAS DEL CABALLO Y SUELDOS BAJOS En el tercer año encontramos a un Eusebio más maduro y seguro de sí mismo, aunque pagando a veces las consecuencias del exceso de confianza: “Mañana es el último día de clase y el día 12 empiezan los exámenes; ya os diré cuándo me examino pero estar tranquilos, pues como veréis por las notas es el año que mejor he ido y supongo aprobaré. Cuando estuvo aquí el ministro nos dio un día de 71 Eusebio, en el centro de la imagen, ya incorporado en 1920 a las tropas Regulares nº 2 en Melilla. (Archivo S. Guillén). Foto de carnet del teniente Paredes, ya una vez finalizado el curso de observador de aeroplano. (Archivo S. Guillén).


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