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cer el cargo de Secretario de la Patrulla y Relaciones Públicas. Su entusiasmo no tenía límites y como “notario” dejaría constancia de los pormenores de cada vuelo y otros aconteceres de la vida “patrullera”. Entre sus obligaciones estaba la de completar y llevar al día el “Diario de Operaciones de la Patrulla Águila” que se rellena desde el primer vuelo y donde se mencionan, tanto en exhibiciones como en entrenamientos, los pilotos que han volado cada día y en que puesto, las maniobras realizadas y otros pormenores de lo acontecido en actos oficiales o de relaciones públicas, visitas, etc. en los que interviene la Patrulla. Su labor fue extraordinaria dejando escrito “en caliente”, después de cada vuelo, todos los aconteceres dignos de destacar. Dejó tras sí un auténtico archivo y su labor se ha continuado fielmente sumándose uno tras otro los volúmenes que nos cuentan la pequeña historia de la Patrulla Águila. En alguna ocasión durante aquellos primeros días, por diferentes motivos, tuvo que ser sustituido en su puesto de A- 02 por los expertos “comodines”, que eran el capitán Carlos Pérez Uríbarri y el capitán Ernesto Villanueva Morillas. Cuando tuvo que cambiar de destino dejó su puesto sucesivamente en manos de dos de los primeros tenientes que volaron en la Patrulla y a los que había instruído previamente, Antonio Lombarte y José Vicente Guardiola. José pasó a ser el “Águila 2” cuando Antonio cambió al puesto de A-06. Ambos realizaron una labor encomiable a pesar de su poca experiencia anterior. En el caso de Jose Vicente, pronto me di cuenta de que junto a su gran nivel de inglés atesoraba una gran inteligencia y capacidad de trabajo. Se convirtió en uno de mis mejores colaboradores a la hora de preparar las Directivas y Órdenes de Operaciones que teníamos que realizar para cada salida de la Patrulla. En ellas se coordinaban el personal, las misiones de cada unidad que nos acompañaban y apoyaban en las exhibiciones y desplazamientos nacionales o al extranjero, horarios, etc. Todos formábamos parte de un gran equipo que supo adaptarse a los tiempos cambiantes y problemáticos por los que tuvo que navegar la Patrulla. El primer “Aguila 3”sería el capitán Lorenzo García Pérez. El “Bolo”, como le llamábamos, tenía una gran experiencia anterior pues había volado durante varios años el T-33 en la Base Aérea de Zaragoza. El cometido del punto tres de la formación sería el mismo que el comentado para el A-02 pero en el ala izquierda de la formación. Lorenzo, además de buen piloto, era una persona extraordinaria y su mujer, Nati, muy pronto se convertiría en el prototipo de “patrullera” en la que nuestras mujeres se mirarían. Su gran sentido del humor y la imaginación de que hacía gala cuando nos contaba sus fogosas intimidades con el flemático Lorenzo, nos hacían reír a carcajada limpia durante las reuniones que teníamos los pilotos con nuestras mujeres, después de cada exhibición. Nos dejó muy joven pero nunca la olvidaremos. Tampoco Lorenzo se escapó de la omnipresente sustitución y ya en la primera exhibición oficial de la Patrulla Águila tuvo que volar en su puesto mi compañero de promoción y del Ala 12 capitán José Novau Cebrian. Novau también atesoraba una gran experiencia de vuelo y habilidad no le faltaba para volar en cualquier puesto, pero muy pronto le llegó un cambio de destino y dejó la Patrulla definitivamente. A partir del año 1987 pasaría a ser titular del puesto “Águila 3” otro de los tenientes pioneros de la Patrulla, Jose Manuel Cuesta Casquero que al igual que sus otros compañeros de promoción recién destinados a la AGA, nunca defraudó al haber aprovechado con sobresaliente el entrenamiento recibido de los veteranos que le precedieron y enseñaron. El “Águila 4”, el “perro” de la formación, es el avión que vuela a la cola del Jefe de aquella. En la 1ª exhibición pública, que se hizo con tan solo 4 aviones, asumió también el papel de “solo” y fue volado por Eugenio Ferrer. A partir de entonces en el puesto volaron diferentes pilotos. Carlos Uríbarri lo hizo en las temporadas del 85 y parte del 86, hasta que por un cambio de destino lo sustituyó en el puesto el Cap. Ignacio Márquez Moraga que había estado entrenando con Carlos. Nacho es un magnífico dibujante y colaboró con Chito y conmigo en la confección del emblema de la Patrulla. El inevitable cambio de destino de Márquez conllevó un nuevo cambio en el 156 Además de los pilotos, muchos compañeros ayudaron desde sus puestos de responsabilidad durante aquellos momentos difíciles proporcionándonos los medios necesarios y otras facilidades a la hora, por ejemplo, de cambiar algún servicio poner un avión en vuelo lo antes posible Año 1987. Mosquera, Villanueva, Lombarte, Carrizosa, Bordallo y P. Fraces.


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