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res dentro de la AGA y una planificación adecuada como puede verse en la “MEMORIA DESCRIPTIVA DE LA ESCUELA DE OBSERVADORES” de 25 de junio de 1965, motivaron fundadas esperanzas de que la formación de observadores pudiese recuperar los niveles de un pasado ilustre. El capitán Cosculluela con su excelente preparación como navegante aportó las últimas técnicas a la enseñanza y con su entusiasmo e ingenio suplió algunas carencias de medios. Por diversas razones, entre ellas la falta de material de vuelo adecuado, la escasez de profesorado y la percepción por algunos de que Observadores era una especialidad del pasado, ocasionaron con el paso de los años una progresiva disminución de las horas voladas y de la atención dedicada al curso de observadores. La situación se agravó con la realización entre los años 1973 y 1978 de unos cursillos de Observador de cortísima duración, escasas horas de vuelo y dudosa utilidad práctica. Parece ser que se impartieron con la buena intención de conceder un título aeronáutico a oficiales no pilotos de las primeras promociones de la AGA. Esos cursos añadieron más trabajo a unos profesores de vuelo especialmente cargados de clases en aquella época de la AGA. Por otra parte, esos cursillos redujeron el prestigio del título de Observador que fue concedido en aquellos casos tras una corta y ligera preparación sin las exigencias tradicionales. Sin embargo, la sensación de que el título de Observador es algo del pasado está principalmente causada por confundir el título con la preparación necesaria para obtenerlo y el currículo adecuado del curso de formación. Conservar el nombre del título es un motivo de orgullo por la gloriosa trayectoria de quienes lo obtuvieron en el pasado, pero al mismo tiempo es preciso llenarlo de contenido de acuerdo con el progreso de las técnicas aeronáuticas y aeroespaciales. Para ser Observador en los comienzos del siglo XXI se debería conocer todo lo relacionado con la navegación aérea y espacial, así como los procedimientos para ejercer todo tipo de funciones operativas relacionadas con la Aeronáutica y la Astronáutica excepto las de pilotaje. Entre esas funciones podrían incluirse el manejo y guía de aviones no tripulados, así como el estudio, preparación y seguimiento de las trayectorias de satélites o la operatividad aeroespacial, y en general todo lo relacionado con la operación de sistemas aéreos y aeroespaciales. Un ejemplo de utilización adecuada de observadores fue el periodo en que Alumnos de la 17 Promoción de la AGA antes de subier al T2B en el que se realizaban las prácticas de navegación. Base Aérea de San Javier, primavera de 1965. 56


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