Page 57

AEROPLANO 30

indiscutible ventaja que proporcionaba esa observación para el desarrollo de las operaciones terrestres y también las aéreas. La Aerostación militar española y después nuestra Aviación utilizaron esa ventaja en las campañas del norte de África donde el piloto y el observador se complementaban formando un equipo capaz de alcanzar los objetivos señalados por el mando. El heroísmo de nuestros pilotos y observadores en esas operaciones hizo a muchos de ellos acreedores de las más altas recompensas al valor. Por otra parte, la preparación técnica de los observadores fue aumentando a medida que los aviones mejoraban sus características y se fueron creando nuevos instrumentos para orientarse y navegar en el aire. Los observadores militares de los años 20 y 30 del siglo pasado demostraron sus conocimientos y capacidad técnica al contribuir decisivamente al éxito de la mayoría de los grandes vuelos que se realizaron en aquellos años. La Escuela de Observadores de Cuatro Vientos fue un centro de excelencia en la enseñanza de las materias relacionadas con la navegación aérea en la que los observadores eran los expertos en nuestra Aviación militar. Esa escuela se merece un estudio detallado que espero poder realizar próximamente. La tragedia de la Guerra Civil impuso un ritmo nuevo a todos los aspectos de la enseñanza de vuelo ante la exigencia de dotar a las unidades de un número suficiente de pilotos y tripulantes para poder responder a las necesidades operativas de ambos bandos. La necesidad de tener personal con el perfil de los observadores siguió siendo necesaria, pero surgió el concepto y el puesto de tripulante que podía desempeñar a bordo de los aviones de bombardeo muchas de las funciones que antes se consideraban propias de los observadores. Por otra parte, la mayoría de los aviones de caza eran monoplazas,y sólo un número limitado de biplazas era el destinado para determinado tipo de misiones. En cualquier caso, la Escuela de Los Alcázares en el bando republicano y la Escuela de Málaga en la zona nacional estuvieron empeñadas durante la Guerra Civil en la formación de observadores. Sin embargo, la escasez de medios y la limitada instrumentación de los mismos hicieron imposible acometer la enseñanza de los nuevos métodos de navegación que iban apareciendo en aquellos años. La Academia General del Aire tomó el relevo de la Escuela de Málaga en la formación de observadores como se ha descrito anteriormente. Desde las primeras promociones, los planes de estudio incluyeron asignaturas y prácticas relacionadas con los tradicionales campos de actuación de los observadores y que además contribuían a una más completa formación de los pilotos. Sin embargo, no es hasta el año 1964 cuando se aborda con decisión la preparación de observadores como una formación específica que también se da a los pilotos, aunque en muchas promociones con menor profundidad. La creación de una Escuela de Observado- Alféreces alumnos de la 17 Promoción de la AGA en formación hacia la Torre de Vuelos. Curso de Observador, primavera de 1965. 55


AEROPLANO 30
To see the actual publication please follow the link above