De 1921 a 1926 los cursos de Observador se convocaban dos veces al año. Las convocatorias podían ser abiertas o restringidas a quienes hubiesen pedido antes el curso o tuviesen reconocido algún derecho para hacerlo. Los aspirantes admitidos, en general no lo eran los destinados en África, pasaban un reconocimiento médico en el Hospital Militar de Carabanchel y un examen teórico en Cuatro Vientos. Los declarados útiles y los aprobados comenzaban el curso que constaba de las dos fases que se han mencionado. El seguimiento del progreso de los alumnos era muy cercano y se preparaban listados en los que se recogían las clasificaciones de las dos fases del curso. La media de las dos servía para clasificar a los alumnos según sus notas. Posteriormente se elevaban los resultados al Jefe de Sección de Aeronáutica Militar para la posterior concesión de los títulos indicándose aquellos oficiales que por enfermedad se les aplazaba el curso o quienes por falta de celo u otras causas se consideraba inapto para el servicio de observación11. Examinada la documentación existente en el Archivo Histórico del Ejército del Aire sobre los cursos de Observador, queda patente la rigurosidad y esmero con que se preparaban y realizaban los cursos. Por otra parte, era frecuente que se reuniese la Junta Técnica del Servicio de Aeronáutica Militar para examinar los expedientes de los alumnos que solicitaban la concesión del título de Observador por haber realizado prácticas en la campaña de África u otras causas12. Un curso destacable fue el que terminaron en enero del año 1924 dos coroneles y cinco tenientes coroneles del Ejército. La convocatoria del curso, anunciada por Real Orden Circular de 16 de julio de 1923, tenía por objeto proveer, en su día los cargos de jefes superiores de Aviación. A la terminación de la parte teórica del curso, el coronel Don Juan Méndez Vigo de la jefatura de la Sección de Aeronáutica elevó una moción a la superioridad pidiendo se concediese a los citados jefes el título de Observador de aeroplano a reserva de que a la terminación del curso hicieran las prácticas exigidas con carácter general. La moción fue aceptada el 22 de enero de 1922 y se les concedió el título de Observador de aeroplano a reserva de que al terminar el curso que siguen, efectúen las prácticas exigidas con carácter general para el desempeño de la especialidad, sin cuyo requisito se declarará nulo dicho título y sin ninguno de los derechos que a él van afectos. Curso de Observadores, julio 1930. Barberán con capa 44
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