TOMA DE POSESIÓN DEL COMANDANTE GENERAL DE LA IM Una vez más, la Marina me ha mandado a la que fuera Isla de León, y aquí, con el permiso del alcalde y el de los isleños, estará mi casa, como en ocasiones anteriores, esta vez al lado del castillo de San Romualdo, la que también fuera casa de los Batallones de Marina cuando se trasladaron desde Cádiz. Gracias a todas las autoridades civiles y militares mostrando su respaldo a este nuevo Comandante General. Thanks for comming to the US Navy authority at Rota naval base. Mi agradecimiento se extiende finalmente a todos los presentes, miembros de otros ejércitos, de otras instituciones, comandantes de buques, unidades y dependencias, señores oficiales, suboficiales, marinería y tropa, a mis amigos y por último, pero sin duda a los que debo mucho, a mi querida familia, para los ausentes y para los presentes, Ángeles y Antonio, bravo “zulú”. Reza en nuestro Ceremonial Marítimo que la práctica de nuestra profesión es un arte pacientemente elaborado a través de una larga historia. Se trata, ni más ni menos, de conducir hombres y mujeres de hoy que, educados en el respeto a lo que han hecho nuestros ancestros, sean capaces de todo, de entregar hasta su propia vida si ello fuera necesario. Hablamos, por tanto, de ejercitar la habilidad de modular con acierto el legado recibido con la modernidad y así conseguir que aquellos viejos conceptos, normas, valores y virtudes sigan hoy utilizándose, convenientemente adaptados a las necesidades de la España de hoy. Pues bien, es un hecho que la Armada sabe muy bien cómo se conjuga tradición y cambio, y buena prueba de ello es aquella decisión orgánica tomada hace ya 477 años: la de crear una fuerza embarcada que fuera capaz de combatir en la mar desde los buques o por tierra desde la mar, una fuerza de soldados de marina, una capacidad indispensable para que la marina de guerra de aquel entonces pudiera combatir. Pero además, y probablemente más importante, es que aquel concepto de la antigüedad, adecuadamente transformado, sigue en nuestros días vigente, y al servicio de España, en nuestra la Infantería de Marina. Pero ahora, ya con la responsabilidad adquirida tras el juramento del cargo, quiero decir que asumo el compromiso de mantener el Cuerpo de Infantería de Marina en el presente y mirando al futuro, para ello nos someteremos a los adecuados procesos de transformación, pero siempre llevaremos la historia gloriosa de nuestro Cuerpo en la memoria. Yo soy un convencido de que la buena gestión de lo recibido de nuestros antiguos ayuda a renacer y anima a seguir buscando la victoria donde otros se paran. Desde este momento me comprometo a trabajar intensamente, con honradez y lealtad, en los procesos de cambios en los que estamos inmersos y en los que están por venir. Pero además, consciente de que voy a ser el soldado más antiguo de un tropa con una particular forma de ser español y que viste el uniforme con las sardinetas en la bocamanga y la franja grana partida en el pantalón, me dedicaré en cuerpo y alma a esta singular familia donde el compañerismo es clave, donde se hace magia con el espíritu de cuerpo, donde la nobleza y la valentía nuestros emblemas son y donde no abandonar la enseña al ruido del cañón y sí morir por ella, es nuestra obligación. En pocas palabras, prepararé y motivaré a esta mi y vuestra Infantería de Marina para estar listos para combatir con arrojo, disciplina y valentía. Haciéndonos acreedores de nuestros lemas VALIENTES 10 BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA
BOLETIN INFANTERIA MARINA 23
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