Page 62

BOLETIN INFANTERIA MARINA 23

HISTORIA Aplastada la resistencia de la dotación por el trozo de abordaje de Horacio Nelson y los hombres del 69º Foot (no eran marines, pues nunca había bastantes para todos los buques, y como sucedía aquí, se embarcaban unidades del Ejército para completar las guarniciones), un oficial se dirigió a popa a recoger el pabellón. El denodado soldado dio el alto y, al ver que no cedía, terminó matándola con su sable. Como el arma quedara clavada en la tablazón, Martín Álvarez siguió luchando, incluso herido, a culatazos de mosquete, matando a otro oficial e hiriendo a dos soldados, hasta desplomarse cubierto de heridas. Dado por muerto, se dispuso que fuera arrojado al mar; pero, al dar señales de vida, al parecer el propio Nelson, asombrado por su valor, ordenó que se le curara y pusiera seguidamente en libertad. No referiremos aquí las recompensas que obtuvo ni otros aspectos, pero sí mencionaremos un hallazgo fortuito que presta mucho mayor relieve y grandeza al soldado de Infantería de Marina Martín Álvarez. De esta historia nos extrañaron siempre dos detalles: el que los británicos pasaran al abordaje, pese a la tradicional superioridad española en ese tipo de combate, y que Martín Álvarez se defendiera exclusivamente con espada y utilizando su fusil como maza. Tanto más extraño porque, los granaderos solían llevar además pistola, y porque en su importante puesto, no habría sido raro que se le hubiera proporcionado algún mosquete más, cargado, y desde luego, otra pistola. Seguimos con la duda hasta que, estudiando “Estados de Fuerza y Vida” de buques de la época, descubrimos que, durante algunos años, los barcos no llevaban su dotación normal de fusiles y pistolas. La causa era que, en guerra contra la Convención francesa, la llamada “Guerra de los Pirineos”, y ante la urgente necesidad de un Ejército casi superado por el enemigo, la Armada le transfirió todos sus fusiles y pistolas, quedando solo en los arsenales armas viejas, oxidadas o casi inútiles, y en número apenas suficiente para montar una guardia en cada buque. Como a dicha guerra siguió casi inmediatamente otra con Inglaterra, no hubo tiempo de reemplazar las armas cedidas, cosa conocida por los ingleses por haber sido nuestros aliados en la anterior. Ello explica por qué intentaron el abordaje. Cabe imaginar no ya los efectos materiales, sino incluso los morales, de no disponer de armamento individual. Pese a ello, la dotación del navío realmente se sacrificó, sufriendo no menos de 148 muertos y 67 heridos graves antes de entregarse. 62 BOLETÍN DE LA INFANTERÍA DE MARINA


BOLETIN INFANTERIA MARINA 23
To see the actual publication please follow the link above