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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 858

Unidos con la Iniciativa de Innovación en Defensa para apoyar tecnológicamente la Tercera Estrategia de Compensación y la Unidad Experimental de Innovación en Defensa (DIUx) para estrechar lazos con Silicon Valley– las cibercapacidades requeridas por la OTAN y sus socios. También hizo lo mismo con la Unión Europea que, inmersa en su propio proceso de construcción de cibercapacidades para no quedarse rezagada de la Era de la Información y apoyar la consolidación de la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD), culminó el pasado febrero con la firma de los Acuerdos Técnicos en Ciberdefensa para facilitar el intercambio de información relevante sobre ciberamenazas y ciberincidentes entre los equipos de respuesta de ambas organizaciones. A tenor de la declaración final de la Cumbre de Varsovia, es de esperar que los lazos con la industria y con la Unión Europea se incrementen en los próximos meses11. Finalmente, en el mes de julio se celebró en la capital polaca la última Cumbre de la Alianza. Reconociendo “…que el ciberespacio es un dominio de las operaciones en el cual la OTAN debe defenderse tan efectivamente como lo hace en el aire, en la tierra o en el mar … y conducir operaciones en estos dominios manteniendo nuestra libertad de acción y decisión” 12 y que cualquier acción cibernética deberá ser acorde al Derecho Internacional, los líderes aliados establecieron que el ciberespacio sería el cuarto dominio del entorno operativo, y no el quinto, como asume Estados Unidos. Esta decisión no solo tiene dos importantes lecturas: una política, al reconocer explícitamente –quizás forzada por la creciente asertividad de Moscú en esta dimensión en forma de ciberataques, ciberpropaganda, ingeniería social o ciberespionaje y su integración tanto en su acción exterior como en acciones híbridas– que lo “ciber” es un elemento consustancial en la guerra moderna. Y otra operativa, avanzando en su integración tanto en el planeamiento y conducción de operaciones, la generación de capacidades, la gestión de los recursos y los planes de transformación. En este sentido, en Varsovia se volvió a recordar que si bien la Alianza apuesta decididamente por el desarrollo de cibercapacidades, los responsables de mejorar la capacidad de detección, respuesta, defensa y resiliencia de sus redes e infraestructuras nacionales son los miembros de la organización. En definitiva, aunque en la capital polaca se ha dado un nuevo impulso al desarrollo de la ciberdefensa aliada, todavía quedan dos grandes cuestiones pendientes: por un lado, homogeneizar las cibercapacidades de los estados miembros. Recuérdese que las capacidades REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2016 929


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