Page 159

REVISTA ESPAÑOLA DERECHO MILITAR 97

Dos cuestiones se revelan como especialmente problemáticas en la definición del grupo religioso. Por una parte, el estatus de las sectas; y, por otra, la posibilidad de entender protegidos a los ateos. En cuanto a las sectas, resulta complicado determinar si pueden entenderse protegidas a efectos de genocidio. En principio, a la vista de la definición dada por el tribunal, la respuesta parece ser afirmativa286. Para Kreß, el énfasis debe estar en la estabilidad, de acuerdo con los criterios manejados por los redactores de la Convención287. Shaw, en la línea de lo dispuesto por el Comité de Derechos Humanos288, considera que un criterio para otorgar protección deberá ser que el grupo no se encuentre involucrado en actividades criminales289. A mi juicio tal requisito no se extrae del texto legal y, lo que es más, tampoco se plantea en las demás categorías de grupos290, por lo que no puede de ningún modo ser aceptado. Asunto distinto es que un conjunto de individuos se constituya en apariencia como grupo religioso con el único fin de establecer una organización criminal dedicada a la delincuencia, ya que su verdadera naturaleza no sería de tipo religioso. Respecto a los ateos, la cuestión es algo más compleja. Todavía no existe jurisprudencia alguna por parte de los tribunales penales internacionales, ni tampoco la definición propuesta en Akayesu permite concluir nada de forma fehaciente. En general, la mayor parte de la doctrina se muestra contraria291, con pocas excepciones292. Los problemas parecen 286  NSEREKO, D., «Genocide: a crime against mankind», óp. cit., pág. 13; WERLE, G., Tratado de Derecho Penal Internacional, óp. cit., pág. 590. 287  KREß, C., «The Crime of Genocide under International Law», óp. cit., pág. 479. 288  Caso en el que, a pesar de afirmar que la religión no debía limitarse a religiones tradicionales o de carácter institucional, negaron la protección del Pacto a un grupo llamado Asamblea de la Iglesia del Universo porque se dedicaba al tráfico de drogas (MAB, WAT and JAYT v. Canada, n° 570/1993). También la Corte Europea de Derechos Humanos en Kokkinakis v. Greece muestra su preocupación de que las sectas puedan aprovecharse ilegítimamente de la libertad religiosa (Decisión 25 de mayo de 1995). 289  SHAW, M. N., «Genocide and International Law», óp. cit., pág. 807. 290  En determinados conflictos étnicos puede ser muy común que los grupos se dediquen a actividades delictivas como, por ejemplo, los crímenes de guerra. Este caso se plantea en Ruanda (donde Paul Kagame podría verse involucrado en supuestos de este tipo) o en los Balcanes (donde los acusados ante el Tribunal pertenecen a todos los grupos). Este hecho no solo no impide su consideración como grupo protegido sino que ni siquiera suscita dudas al respecto. 291  WERLE, G., Tratado de Derecho Penal Internacional, óp. cit., párrafo 590; SHAW, M.N., «Genocide and International Law», óp. cit., pág. 807; KREß, C., «The Crime of Genocide under International Law», óp. cit., pág. 479; SCHABAS, W.A., Genocide in International Law, óp. cit., pág. 149; de forma implícita, Informe UNCOI sobre Darfur, párrafo 494; BYRON, C., «The Crime of Genocide», óp. cit., pág. 159; GIL GIL, A., Derecho Penal Internacional, óp. cit., pág. 186. 292  SAFFERLING, C., «Wider die Feinde der Humanität- Der Tatbestand des Völkermords nach der Römischen Konferenz», Juristiche Schulung, 2001, 8, pág. 738; LIPPMAN, 164


REVISTA ESPAÑOLA DERECHO MILITAR 97
To see the actual publication please follow the link above