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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 868

dossier Las fases CSAR y SCAR implican misiones muy dinámicas simulando un entorno operativo con muchos medios operando a la vez, amenazas móviles y pop-up threat (amenazas que se detectan y activan en tiempo real a modo «sorpresa»). Particularmente en las misiones CSAR entra el factor psicológico en juego y se entrenan los múltiples procedimientos para identificar, confirmar y proteger al personal aislado en territorio enemigo para posibilitar finalmente su extracción. Todo esto se hace en coordinación con otros medios aéreos y terrestres simulados a la vez que se atiende a un combatiente que sufre Llevar el control de la «batalla» es crucial para mantener buena SA y poder acertar en la toma de decisiones, sobre todo en las críticas el aislamiento, la fatiga, el frío y el miedo. Bien recreadas, este tipo de misiones se vuelven muy intensas, pero se disfruta mucho con su entrenamiento. Son una preparación muy buena de mentalidad y de uso de recursos tanto de la GCS como del entorno operativo. Las misiones SCAR suponen la culminación del curso MCE para nuestro programa (FMSQT) y consisten básicamente en dirigir y coordinar múltiples ataques de diversas formaciones (simuladas) a distintos objetivos en tiempo real y de manera simultánea. A la plataforma que hace de SCAR se le asigna un espacio aéreo de operación y toda la actividad ocurre ahí. La misión requiere de una planificación previa de estudio de la zona, los posibles objetivos y amenazas que se pueden encontrar, las distintas formaciones que van a entrar en zona y cuándo lo van a hacer. Se debe, además, tener un buen conocimiento de la documentación relativa al ejercicio: SPIN (Special Instructions), ROE (Rules of Engagement), ACO (Airspace Control Order), ATO (Air Tasking Order)… Conociendo el armamento que lleva cada formación y la prioridad que se la da a cada tipo de objetivo (esta información viene recogida en la JIPTL – Joint Integrated Prioritized Target List), el piloto haciendo de SCAR asigna a las distintas formaciones distintos objetivos teniendo todo lo anterior en cuenta. Además, previamente el SCAR idealmente, ha obtenido identificación positiva sobre los distintos objetivos y los ha ido marcando a la espera de que las distintas formaciones lleguen y les pueda asignar los objetivos. La acumulación de trabajo en la GCS en algunos momentos de este tipo de misión puede ser exhaustiva y es fundamental la priorización en todo. La inclusión de amenazas móviles o espontáneas (pop-up threats) requiere la toma de decisiones críticas en algunos casos para salir de las envolventes de dichas amenazas de manera inmediata. Llevar el control de la «batalla» (dónde está cada formación en cada momento, tiempos estimados de permanencia en zona de cada formación por combustible y armamento, pensar por adelantado qué formación y qué objetivo va a ser el siguiente en asignar…) es crucial para mantener buena SA y poder acertar en la toma de decisiones, sobre todo en las críticas. Desde luego que en la GCS existen muchos recursos y medios para realizar múltiples tareas y recibir y procesar mucha información, bastante más que desde la cabina de un avión tripulado, teniendo en cuenta sobre todo los factores fisiológicos de los que se libera la tripulación por estar operando remotamente desde una GCS. Sin embargo, el ser humano tiene por naturaleza unos límites para procesar una cantidad de flujo de información y poder tomar decisiones acordes a la información que procesa de su entorno. En operaciones tan complejas es necesario incluir de manera coordinada en la tripulación más integrantes que puedan asistir en la toma de decisiones, si se quiere ser realmente efectivos. Sin profundizar más en ese tema, el objetivo de estos vuelos, al final, es el entrenamiento de la tripulación a operar en ambientes de elevado estrés además de una introducción básica a las operaciones tipo SCAR. Los objetivos son claramente logrados y es una excelente manera de culminar el curso MCE y tener el cuerpo preparado para lo que pueda venir en el futuro. La mentalidad inculcada en el curso MCE difiere bastante del LRE. En el MCE se cubre lo necesario para volar el avión de manera segura y resolver cualquier emergencia en la zona de operaciones hasta la entrega del avión al LRE. Se enfatiza en las distintas misiones y el adiestramiento táctico/operativo del sistema. Es sabido en el mundo del MQ-9 que cualquier cosa «rara» que le surge al avión «ya se encargará el LRE» de solucionarlo. El curso LRE se centra en reforzar el conocimiento en todos los sistemas y emergencias que no afectan 902 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2017


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