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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 345

El departamento de simulación de ambientes planetarios del CAB es único en el mundo búsqueda de evidencias biológicas en el planeta rojo. «Hasta ahora la NASA se había ocupado de caracterizar el entorno de Marte, detectar agua o conocer la composición de sus materiales, pero había pospuesto la identificación de trazas biológicas». ExoMars cambiará esa tendencia. «En el norte marciano existe hielo a cinco centímetros de profundidad. La misión contempla llevar una barrena de un metro de profundidad para tomar muestras y analizarlas, con el fin de hallar evidencias bioquímicas de vida», explica Víctor Parro, investigador del departamento de Evolución Molecular y vicedirector del Centro de Astrobiología. En el proceso de detección estará también el CAB gracias a su proyecto SOLID (Signs Of Light Detector), que ha desarrollado anticuer- El instrumento SOLID, desarrollado en el CAB, detecta señales de vida en ambientes extremos parecidos a Marte. En la foto, un experimento en la Antártida. pos a partir de biomoléculas extraídas en los ecosistemas más extremos de la Tierra, en los hábitats más parecidos al de Marte. Esos anticuerpos, capaces de identificar hasta 300 tipos de moléculas, viajarán al planeta rojo para localizar allí restos de vida. «Es como llevar un sistema inmune y esperar hasta que algo le dé alergia —resume Parro—. Eso significará que hemos dado en la diana». En el CAB trabajan diariamente 140 personas, en su mayoría investigadores de diversas disciplinas: astrofísicos, geólogos, bioquímicos e ingenieros. reportaje De Atacama a Marte El hombre no ha pisado Marte, pero existen lugares en la Tierra que permiten establecer algunas analogías con el ecosistema marciano y aventurar hipótesis de trabajo de gran utilidad en el futuro. En el laboratorio de Extremofilia, el geoquímico Daniel Carrizo analiza al microscopio las muestras que ha extraído recientemente en el desierto chileno de Atacama, uno de los lugares más inhóspitos y áridos del planeta. «Estudiamos los compuestos orgánicos de esos ambientes extremos para conocer con detalle como sobreviven los organismos y cuáles son sus mecanismos de adaptación», explica. Además de Atacama, el departamento investiga los entornos de Riotinto, del ártico canadiense, y la actividad de los géiseres en Nueva Zelanda e Islandia. Y los ambientes que no se hallan en la Tierra, se recrean con la mayor fidelidad imaginable. El CAB dispone de un laboratorio de simulación de ambientes planetarios único en el mundo. «En estas cámaras —muestra el director— somos capaces de reproducir las condiciones de cualquier planeta del sistema solar, aunque ahora están optimizadas para tres: Marte, y los satélites Titán y Europa. Reproducen la misma presión, temperatura, densidad, composición química y radiación ultravio- Diciembre 2017 Revista Española de Defensa 31 CAB/INTA


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