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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 345

José Miguel Mas Hesse, director del Centro de Astrobiología «Si hay vida en otros planetas, tenemos muchas opciones de encontrarla» El científico y director del Centro de Astrobiología, José Miguel Mas Hesse (Madrid, 1961), dedica gran parte de su tiempo a divulgar las investigaciones del centro. «Algo está cambiando», señala en relación al creciente interés por esta ciencia que rastrea la vida en otros planetas. «Este año —señala— hemos recibido más peticiones para participar en exposiciones que en las dos décadas anteriores». — ¿Qué estudia la astrobiología? —Es una ciencia muy reciente que busca vida fuera de la Tierra. Todavía no conocemos el proceso de formación de la vida y no podemos asegurar taxativamente que la hubo en otros lugares, aunque nosotros estamos convencidos de que su aparición es un proceso inevitable, siempre y cuando las condiciones de partida sean las que tienen que ser. El astrobiólogo comienza por lo más sencillo, busca vida como la que conoce en la Tierra, y la vida en la Tierra surgió en el agua. Por ese motivo, encontrar entornos en los que exista agua líquida o donde haya podido haberla en el pasado es una prioridad. A partir de ahí, la búsqueda se centrará en una serie de nutrientes y de compuestos orgánicos capaces de crear las cadenas de proteínas necesarias para la formación de un ser vivo. — El CAB cumplirá pronto 20 años ¿Qué se sabe hoy que desconocíamos en 1999? —Se ha avanzado mucho desde entonces, sin duda. En 1995 se descubrió el primer exoplaneta, y en 1999, cuando nace el CAB, ya conocíamos alguno más. Hoy, gracias a la misión Kepler, hemos identificado casi 4.000 y de ellos, alrededor de 100 presentan condiciones parecidas al nuestro, planetas en la zona de habitabilidad, la zona donde puede existir agua líquida, y por lo tanto, con mucho valor para la astrobiología, como Proxima Centauri. Y estamos empezando a estudiarlos ahora. Desde la perspectiva del trabajo en laboratorio, hoy conocemos mucho mejor las condiciones de contorno en las que se formó la vida y a partir de esos datos se están realizando experimentos para sintetizar los ladrillos básicos de la vida. En 1999 tampoco disponíamos de la información del genoma, que en España se secuenció por primera vez en el CAB. Hoy ya es una actividad habitual. —¿Qué podemos esperar de las próximas dos décadas de investigación en Astrobiología? —En los próximos veinte años, si hay vida en otros planetas, tenemos muchas opciones de encontrarla. Entre 2025 y 2030, si todo va como esperamos, las misiones PLATO, Ariel y el telescopio Europe ELT nos permitirán hallar planetas análogos a la Tierra y trazadores químicos de actividad biológica ¿Por qué es importante? Porque si se formó vida en ellos, habrá evolucionado también a lo largo de millones de años de forma muy parecida a como lo ha hecho en la Tierra. Serán los casos más sencillos para detectar vida. —¿Qué nuevos escenarios están en la agenda de los astrobiólogos? —Las lunas heladas de Júpiter y Saturno son los entornos que más popularidad han logrado recientemente. Son lunas recubiertas por una costra de hielo, pero con un océano por debajo y un núcleo sólido de roca. Por su proximidad a Júpiter y Saturno, los movimientos de marea hacen posible la formación de corrientes que elevan la temperatura del agua. Esta agua, más caliente, es capaz de arrancar el material del núcleo rocoso y permite que la costra de hielo se fracture, dando lugar a géiseres. Se han fotografiado y se ha analizado su composición, rica en todo lo que buscamos, por lo que es fácil deducir la posible existencia de actividad biológica. Los ingredientes serían muy similares a los de la Tierra, pero el proceso y las condiciones de contorno serían distintas, lo es aún más interesante. Trabajamos en dos misiones para ir en 2025 a Europa, una de las lunas de Júpiter, e iniciar los análisis bioquímicos. —¿Cuáles son las necesidades más urgentes del CAB? —El centro necesita, sobre todo, personal, tanto en formación como de apoyo, que nos permita avanzar en la investigación y en el análisis y explotación de los resultados. En 2011 contábamos con una plantilla de 200 investigadores y desde entonces se ha visto reducida hasta los 140 actuales. —La Astrobiología está cada vez más presente en los medios, en la literatura o en el cine… ¿está de moda? —No me atrevo a decir tanto, pero sí se aprecia un interés creciente. Este año hemos recibido cuatro solicitudes para ceder maquetas y piezas a exposiciones temporales que se celebrarán en Madrid, Valencia y Bilbao, más peticiones que las recibidas en las dos décadas anteriores. Algo está cambiando. En los últimos años, en EEUU muchas películas tienen como protagonista a un astrofísico o a un físico espacial. Son producciones con un gran rigor científico, con las licencias de la ficción, por supuesto. 32 Revista Española de Defensa Diciembre 2017


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