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… Queremos conseguir gravedad artificial para un lunar cruiser alrededor de la Luna, y un mars cruiser y un vehículo de transferencia de órbita a órbita … pero, ¿quién va a hacerlo? ¿Los Estados Unidos en solitario? ¡No! No hace falta que lo paguen todo nuestros contribuyentes, tenemos una asociación de naciones, pero tenemos que aprovechar la oportunidad que nos brindan algunos multimillonarios y grandes compañías: Elon Musk y Space X, Jeff Bezos y Blue Origin, y también la NASA, junto con Europa, Japón y China. Podemos organizarlo si tenemos un plan, pero tenemos que darnos prisa…», dijo Buzz Aldrin. ¿POR QUÉ VOLVER A LA LUNA? Porque estamos entrando en una nueva fase de la exploración espacial. En 1911 alcanzaron el Polo Sur los primeros humanos, pero en los años siguientes el Polo Sur solo fue visitado por vía aérea, y nadie pensó en recorrerlo a pie durante los siguientes 50 años. De la misma forma, tenemos que volver a fijarnos en la Luna. En estos años hemos enviado sondas robóticas y satélites para explorarla, pero permanecemos en la Tierra. Y ya han pasado 50 años, es hora de regresar. Sin embargo, cuando volvamos, las cosas serán diferentes. Como mencionó Buzz Aldrin, los viajes a la Luna estarán participados por empresas comerciales. La NASA, junto con otras agencias espaciales, podrá reducir riesgos y costes. Ya hay un punto de partida en una órbita terrestre próxima: la Estación Espacial Internacional (International Space Station, ISS). Pronto dispondremos de otro campo base, el Lunar Orbital Platform Gateway, un proyecto internacional liderado por la NASA para crear una estación espacial en órbita lunar, que utilizando energía solar sirva como enlace de comunicaciones, y cuente con espacio habitable, laboratorio científico y de almacenamiento de vehículos. La posibilidad de contar con socios comerciales e internacionales es muy sólida, y Una de las salas de reunión para los miembros de The Explorers Club de Nueva York. Las paredes están paneladas con madera en estilo Tudor inglés de los siglos XV y XVI el entusiasmo por poder regresar a la Luna es mayor que nunca; es algo contagioso. Todo el mundo está listo para volver. Y considero que este es el camino correcto, la Luna es el sitio ideal para preparar el envío de astronautas a Marte y a otros mundos. Hace poco, el 3 de enero de este año, China hizo algo que todavía no había hecho ninguna nación: alunizó una nave (Chang’e-4) y un rover (Yutu-2) en la cara oculta de la Luna, con una gran cantidad de instrumentos científicos y un impresionante plan de misión. Y casi tan extraordinario, también pusieron en órbita lunar un satélite de comunicaciones para poder mantener el contacto radio que permita el mando y control entre la nave y el rover. En las culturas orientales, la Luna ha ocupado siempre un puesto especial, especialmente para los chinos. En el día 15 del octavo mes del calendario lunar, durante la luna llena, los chinos celebran el Festival de la Luna. Muchas leyendas chinas hablan de la Luna, pero la más popular es Chang´e ben yue en la que Chang’e, la diosa de la Luna, junto con su conejo de jade Yutu fueron arrojados a la Luna para siempre. Es entendible que por eso China llamara Chang’e y Yutu a su nave y al rover. Como socio (fellow) de The Explorers Club desde 2005, el astronauta norteamericano Leroy Chiao participó en cuatro misiones espaciales, tres a bordo de los transbordadores espaciales de la NASA y una como copiloto de la nave rusa Soyuz en su viaje a la Estación Espacial Internacional. Leroy Chiao ha sido el primer americano invitado a visitar el centro de astronautas (Astronaut Center of China) en Beijing, donde se reunió con Fei Junlong y Yang Liwei, los dos primeros astronautas de nacionalidad china. La colaboración internacional es la clave. Esta vez no vamos a asistir a una nueva carrera hacia la Luna como la que se produjo entre la Unión Soviética y los Estados Unidos en los años 60 del pasado siglo. Porque ahora la exploración espacial tiene que caracterizarse por la cooperación entre las naciones, como se hace a bordo de la ISS. Y cuando volvamos, no solo exploraremos la Luna, sino que prepararemos la exploración humana a otros mundos. Ese próximo viaje va a ser mucho más que dejar huellas y banderas, se tratará más de una ciencia sostenible que nos haga derribar barreras y nos ayude a avanzar juntos en la exploración espacial. Lo que nos reserva el futuro es incierto, pero lo que está claro es que la Luna va a ser nuestro punto de partida hacia una nueva era espacial. n REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Junio 2019 485


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