Prototipo del LS3 ( Legged Squadron Support System) que no hace tanto tiempo, el salto que supuso la entrada en servicio del programa FACA hizo que las dificultades propias de lidiar con nuevos y avanzados sistemas conlleva un retroceso en la disponibilidad de estos, retroceso que gracias a la experiencia y buen hacer de nuestros profesionales, rápidamente cambia a altos índices de disponibilidad y pronta entrada en la plena operatividad de los sistemas adquiridos. En el Ejército del Aire, por saber e íntimo convencimiento de la propia tarea, ningún nuevo sistema tarda mucho en ser exprimido al máximo de su potencial. En el CLOTRA, gracias al SL2000, así como en otras grandes unidades logísticas, hemos podido comprobar como la automatización de almacenes, inventarios y sistemas de visualización de las existencias no hace sino incrementar la eficacia y niveles de disponibilidad de la fuerza en su conjunto. Esto y no otra cosa es lo que cabe esperar con la paulatina introducción de los robots en nuestro quehacer diario. Es más, en el caso del Ejército del Aire es aún más acuciante la necesidad de introducir algún tipo de ayuda en según qué tareas, dada la permanente y cada año más grave carencia de personal cualificado; este tipo de limitaciones se produce a todos los niveles, si bien es a nivel de la tropa profesional en donde se muestra con toda su virulencia y en el que, mediante un enfoque robótico, se podría disminuir esa crónica necesidad de personal, que en según qué UCO alcanza la categoría de epidemia. Por todo ello, la introducción de este nuevo tipo de sistemas debería ser contemplada como una necesidad perentoria y una oportunidad única de abrir caminos y ser, de nuevo y como es tradición en el Ejército del Aire, quien dé los primeros pasos en nuevos entornos de operación. DEPURANDO TAREAS La digitalización en el Ejército del Aire no se ha completado de una manera total. Existen aún reductos, como la pequeña aldea de los irreductibles galos en los tebeos de Astérix, en los que determinados procesos aún se realizan de manera manual. Es cierto que son pocos y que cada vez tienen menos peso, pero el hecho indiscutible es que, siendo una de las ramas más tecnológicamente avanzadas de todas las Fuerzas Armadas, todavía nos queda algo de camino para lograr una gestión global plenamente digital y basada en ordenadores y sus programas. Sin embargo, ello no debería ser impedimento para iniciar la introducción en nuestras redes de inteligencias artificiales (IA). Las IA, antes tenidas por entidades que se miraban con recelo y que en el acervo cultural occidental han jugado el papel de malos de la película –ahí tenemos a Skynet en la saga Terminator o HAL REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Octubre 2019 757
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