parámetros, tanto de operación como de alcance como del nivel de decisión a alcanzar para, posteriormente, comenzar el diseño y desarrollo de la misma. Una vez introducida, se debería programar un periodo de adaptación –lo que suele denominarse una IOC5– antes de declarar al sistema totalmente operativo (FOC)6. Y respecto a los que puedan pensar que aún estamos en mantillas y que el EA no dispone de personal cualificado para llevar a cabo una tarea de esta índole, es preciso hacer constar aquí que, sin necesidad de buscar debajo de las piedras, ahora mismo el EA dispone de personal más que capacitado para llevar esta tarea a buen puerto en un periodo de tiempo limitado. En resumidas cuentas, la digitalización cada vez más extendida, la plena integración de las llamadas nuevas tecnologías –que ya empiezan a ser viejas– en el campo de batalla actual, la integración de nuevos y novedosos sistemas de armas que traen consigo nuevas y excitantes capacidades en las que entrenarse y a las que se debe dar cabida en el inventario del Ejército del Aire y la ya muy cercana aparición de una nueva inteligencia en la Tierra, en forma de inteligencia artificial, colocan a cualquier combatiente en un periodo de extrañeza y de cambio. Los modos de hacer la guerra de hace escasos veinte años han quedado, sino plenamente obsoletos, sí bastante cercanos a una forma de operar que se aleja considerablemente de la plena eficiencia hacia la que se tiende actualmente. El principal problema que acecha detrás de todo este nuevo escenario es la de la necesidad de asumir riesgos y colocarse el primero de la línea de salida, porque recuperarse del retraso en la adopción de estos auténticos game changers7 será extremadamente difícil, por no decir imposible, dadas las casi crónicas deficiencias en cuanto a personal, presupuesto y requerimientos operacionales, siempre al alza. Cuanto antes se ponga el Ejército del Aire a la cabeza de estos esfuerzos, antes dispondrá de nuevas capacidades y podrá llegar donde antes no llegaba y realizar más eficientemente, más inteligentemente y con mayor honor la misión que le encomienda la nación española. n NOTAS 1Más concretamente, el lanzamiento del 26 de diciembre tuvo lugar desde la base de misiles de Dombaroski, en los Urales y el proyectil, tras realizar varios cambios de rumbo y de altura, impactó en el polígono de Kura, en la península de Kamchatka. 2En el caso del US Army, un cohete con capacidad orbital. En el caso de la US Navy, otro cohete que además deberá soportar las cargas añadidas al ser lanzado desde submarinos en inmersión. Y en el caso de la USAF, un propulsor que se lanzaría desde una plataforma tripulada, al estilo del B-52 Stratofortress. 3Dependiendo del sistema, se habla de velocidades que varían entre Mach 12 a Mach 8, aunque en cualquier caso nunca menos de Mach 5. En el caso del sistema ruso, el Avangard, se menciona una capacidad de Mach 25 aunque esta manifestación aún queda en el terreno de las declaraciones y habrá de ser confirmada con posterioridad. 4«Technology will replace 80 per cent of what Doctors do», Fortune, 4 de diciembre de 2012 5Iniciales de Initial Operational Capability o capacidad operacional inicial. 6Iniciales de Full Operational Capability o plena capacidad operativa. 7Literalmente, cambiadores de juego. Expresión típicamente americana que se emplea para referirse a sistemas tan novedosos y tan potentes que pueden cambiar el paradigma existente y hacer que los conceptos cambien y evolucionen para adaptarse. Ejemplos de game changers podrían ser la aparición de la aviación, la conquista del espacio o la introducción de la dimensión ciber en el día a día. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Octubre 2019 759
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