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por la estación sueca de Kiruna, en el Ártico. Eva Vega explica que el primer comando que desde Madrid se envió al satélite fue un ping, el equivalente electrónico al saludo español «hola». El ordenador de a bordo de Cheops respondió «a la primera» unos milisegundos después con el acrónimo ACK, las tres primeras letras de la palabra inglesa acknowledge, lo que indicaba que había reconocido la señal que el INTA le acababa de transmitir «y que estaba vivo». En el CEIT se pudo verificar que el lanzamiento había sido «muy preciso», que Cheops estaba «prácticamente en su órbita exacta a 708 kilómetros de altura» y que el estado de las baterías a bordo era «el óptimo». La fase LEOP se prolongó hasta la noche del 21 al 22 de diciembre, durante la cual se comprobó el buen estado de los sistemas, subsistemas y equipos a bordo. Una vez concluida la fase LEOP se da paso a la fase de Puesta en Servicio o IOC (In-Orbit Commissioning), en donde se procede a la calibración del avanzado fotómetro encargado de medir la intensidad de la luz. La citada fase ha dado comienzo el 7 de enero, y se estima que concluirá en torno al próximo mes de marzo. Tanto el segmento terrestre de Cheops como su concepto operativo son la consecuencia de una misión espacial puesta a punto en corto plazo y a bajo coste, que se hace realidad bajo dos premisas básicas: en primer lugar, gracias a la reutilización de infraestructuras y herramientas operativas ya existentes; en segundo término, por la aplicación de altos niveles de automatización para disminuir la dedicación de técnicos en las operaciones en tierra. Para Pilar Román, la delegada española del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) en el programa científico de la ESA, Cheops ha supuesto «un antes y un después» para la industria espacial nacional. Por un lado, «haber conseguido ser por vez primera contratistas principales de una misión de la ESA, en competición con el resto de la industria europea». En segundo lugar y a largo plazo, «haber establecido una línea presupuestaria para pequeñas misiones espaciales en el seno del programa científico, una iniciativa de la máxima importancia para el sector español». Un telescopio tipo Ritchey-Chrétien es el único instrumento científico a bordo de Cheops. Incorpora un ultra sensible fotómetro para observar en los espectros visible e infrarrojo cercano. En su vuelo al espacio estuvo acompañado por otros cuatro satélites europeos. ESA Airbus 46 Revista Española de Defensa Enero 2020


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