160 opinión guerra informativa china revista de aeronáutica y astronáutica / marzo 2020 Los conceptos «amenaza híbrida» o «zona gris» se han popularizado para definir las actividades que realizan países como Rusia, China, Irán o Corea del Norte para proyectar su influencia exterior, negando de forma plausible su responsabilidad, dificultando la respuesta del adversario y evitando cruzar el umbral del conflicto armado. La zona gris, definida como la franja que separa la paz de la guerra abierta es, por naturaleza, ambigua. Esta ambigüedad es la que permite a potencias revisionistas como las arriba mencionadas proyectar su poder más allá de sus fronteras sabiendo que, si sus actividades pueden ser negadas de forma plausible y no afectan intereses vitales de la víctima, difícilmente tendrán una respuesta clara y efectiva. Observadas de forma aislada, estas acciones que pueden abarcar el apoyo a la oposición política, la coerción económica, las actividades de influencia, ciberataques, acciones agresivas de inteligencia, disuasión militar coercitiva o una política de hechos consumados difícilmente constituirán un casus belli porque siempre intentarán situarse bajo el umbral del conflicto. Sin embargo, su efecto agregado a largo plazo mediante la «táctica del salami» –concatenando acciones que proporcionan pequeñas ganancias– sí podría alterar las correlaciones de fuerzas existentes1. Aunque muchas de estas actividades se realizan en el mundo físico (desde las tradicionales incursiones de pesqueros chinos en islas en disputa con Japón hasta los recientes ataques sobre petroleros saudíes en el Golfo Pérsico), cada vez más se realizan también en el mundo virtual. Ello se debe a la ambigüedad, anonimidad, asimetría, economía y ubicuidad propias La guerra informativa china en la zona gris Guillem Colom Piella Doctor en Seguridad Internacional
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