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y experiencia para representar al E.A. en diferentes foros e impartir los planes de instrucción al personal analista; un suboficial con gran experiencia en el campo de la calidad, que organiza todos los trabajos y análisis que se deben llevar a cabo; un MTM administrativo, cuyo trabajo marca la trazabilidad, sumamente necesaria en un trabajo tan técnico como el que se desarrolla en un laboratorio; y, como no, el personal tanto civil como militar que realiza todos los ensayos que se llevan a cabo en el Laboratorio, personal que cuenta con la formación de técnico superior de Actividades Técnicas Profesionales, en el caso del personal civil, y con la especialidad de Operaciones Aéreas-Combustibles, en el caso del personal MTM. Asimismo y dada la sensibilidad de los trabajos a realizar, han de pasar por un período de formación mínimo de dos meses para familiarizarse con todos los procesos y poder así enfrentarse con las debidas garantías de éxito a lo que será su día a día laboral. El Laboratorio del CLOMA, como laboratorio de referencia del E.A., está en constante relación con el resto de laboratorios de las Unidades, colaborando en las consultas técnicas que le son trasladadas, contando en todo momento con personal formado y experimentado en la rama de la química. En este sentido y para asegurar la fiabilidad de los resultados analíticos que se emiten desde los diferentes laboratorios del E.A., el laboratorio del CLOMA coordina los ensayos de intercomparación en los que intervienen los laboratorios del E.A. junto con los del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Este tipo de análisis consiste en la realización de ensayos de comprobación a combustible JP-8 por parte del INTA y la redacción posterior de un informe de tratamiento estadístico de datos con el fin de buscar la uniformidad en los resultados, con lo cual se logra que haya 19 (laboratorios de las Unidades del E.A.) participantes en continua mejora. Teniendo en cuenta la complejidad y variedad de normativa que rige la idoneidad de combustibles y productos funcionales, se hacía necesario la unificación de criterios en las Fuerzas Armadas, es por esto que el Laboratorio a través de su jefe, representando al Ejército del Aire, forma parte del Grupo Técnico de Combustibles y Lubricantes junto con el Ejército de Tierra, la Armada y el INTA, grupo que se reúne mensualmente para, entre otras cosas, elaborar la guía técnica de productos funcionales, acordar los términos del acuerdo marco para la adquisición centralizada de combustibles y aportar una visión globalizada sobre la normativa OTAN vigente. En los últimos años, se vienen desarrollando en el Ejército del Aire diversas directivas enfocadas a implantar las capacidades correspondientes para constituir una base aérea desplegable (DOB) con módulos de apoyo al despliegue aéreo, siendo el CLOMA unidad de referencia en Fire Fighting y Fuel Handling, módulo este último en el que participa el Laboratorio. Éste cuenta con amplia experiencia en despliegues, puesto que dispone de laboratorios móviles, completamente equipados, para realizar todos los ensayos de combustible JP-8 que garantizan tanto la seguridad en vuelo como en tierra de nuestras aeronaves. Dichos laboratorios han sido desplegados en diferentes ejercicios y en misiones internacionales realizándose desde el CLOMA las gestiones logísticas para su traslado y puesta en servicio allí donde se han necesitado. En este sentido, la última actuación del Laboratorio del CLOMA ha sido el reciente despliegue que han hecho nuestros compañeros de la Base Aérea de Albacete en Lituania, donde el Laboratorio ha tenido un papel decisivo para que los Eurofighters realizasen su labor. Han sido meses de conversaciones y colaboración para poder trasladar a la zona de operaciones el material necesario que garantizara que el combustible repostado estuviese en condiciones óptimas de calidad, organizando para ello el traslado de un laboratorio móvil completo así como los aditivos necesarios para convertir el combustible JET A-1, facilitado por el país anfitrión, en JP-8, combustible que consumen las aeronaves militares españolas. Este despliegue ha finalizado con éxito, realizándose sin novedad el repliegue de todo el material que este Laboratorio ha puesto a disposición de la misión, como así le fue encomendado por el Mando. Que la vida es incierta es un hecho, incluso en un mundo tan normalizado y pautado, en el que pocas cuestiones se dejan al azar. Lo que sí es claro es que todo el personal al servicio del Laboratorio del CLOMA está volcado en un trabajo que resulta apasionante, para los que se dedican a ello, y que reporta la satisfacción propia del que se sabe colaborador necesario del buen funcionamiento del Ejército del Aire. Con este espíritu se trabaja cada día, para que el Laboratorio siga creciendo como parte de la organización en la que se encuadra, cuya evolución parece ir encaminada a asumir mayores retos, como es aumentar las responsabilidades en materia de calidad, tanto en la colaboración con el resto de Unidades del E.A. como en la elaboración de normativa y desarrollo de nuevas técnicas que nos acerquen al objetivo, siendo la exigencia el motor para avanzar centímetro a centímetro hacia la excelencia. Decía, el insigne médico español y premio Nobel, D. Santiago Ramón y Cajal “toda obra grande es el resultado de una gran pasión puesta al servicio de una gran idea”. Ideal que sustenta la labor callada, y apenas conocida, de un grupo de personas, sabedores de que en sus manos está el que la misión del avión que sale a volar se cumpla, garantizando su seguridad, y por tanto el que nuestro espacio aéreo esté per-manentemente VIGILADO. • REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2016 697


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