Nuestro Museo

REVISTA_DE_AERONAUTICA_Y_ASTRONAUTICA_855

Nuestro Museo INDUSTRIAS AERONÁUTICAS PIONERAS EN ESPAÑA: LOS AÑOS DE LA AUTARQUÍA El 25 de septiembre de 1941, se crea el Instituto Nacional de Industria (INI), organismo que iba a tener a su cargo la custodia del capital estatal participante en las industrias aeronáuticas creadas, que como vimos en el artículo anterior, serían compañías anónimas en las que el Estado participaba con un tercio del capital total. Finalizada la guerra civil, un grupo de ingenieros formados en la Escuela Superior de Aerotécnica, encabezados por Felipe Lafita Babio, promovieron la idea de disponer de un centro dedicado a la investigación aeronáutica al estilo de los que existían en los países más avanzados. Consecuencia de ello es la creación el 7 de mayo de 1942, mediante Decreto, del Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica (INTA), años más tarde de Técnica Aeroespacial, definido en su preámbulo como un “organismo nacional llamado a promover el estudio y la Museo de Aeronáutica y Astronáutica Museo del Aire investigación aeronáutica, a crear el ambiente científico propicio a la invención y llevar a término de perfección y utilidad toda nueva concepción teórica mediante el contraste experimental”. Estructurado como un organismo autónomo en inmediata dependencia del Ejército del Aire, cumpliría, entre otros, la función de agencia de homologación aeronáutica nacional. En 1944 se le asignó, igualmente, la misión de dirigir y realizar las pruebas en vuelo necesarias para la homologación y recepción de aviones y motores construidos por dependencias del Ejército del Aire, o industrias clasificadas como aeronáuticas. El Ministerio del Aire, que disponía de una cierta capacidad en relación al desarrollo de aviones, puesto que con anterioridad a la creación del INTA, contaba con una Oficina de Proyectos dependiente de la Sección de Estudios y Experiencias de la Dirección General de Material, encargó al entonces comandante Pedro Huarte-Mendicoa, el proyecto y desarrollo de una avioneta de enseñanza. Nace así la HM-1, cuyo diseño se termina a finales de 1941, aprobándose que fuera fabricada por AISA, empresa que, desde que finalizó la guerra civil, solamente se la había adjudicado la reconstrucción de los bombardeos Savoia-Marchetti S-79, que habían operado durante la contienda. Derivada de la GP-1 de González Gil y Pazó, y superados diversos problemas al cambiarle el primitivo motor Hirth 506 de 160 HP por el ENMASA-Tigre de 150 HP, aparece la HM-1B, de las que se llegaron a fabricar 180, siendo fundamental para el mantenimiento de la actividad de AISA, durante la primera mitad de los años 40. Asimismo, finalizada esta década y principios de la siguiente, la empresa construye, bajo licencia, para la aviación deportiva, varios modelos de veleros Kramich, Schulgleiter y Weie. La última HM-1B que se conserva, puede contemplarse actualmente en el Museo de Aeronáutica y Astronáutica. Iberavia, empresa fundada en 1948 en Madrid, es adquirida por AISA, siendo su director de proyectos Juan del Campo el encargado de diseñar la I-11, que más tarde se convertiría en la I-11B “Vespa” que sería fabricada en serie. La gran mayoría de los 192 construidos por AISA, volaron en el Ejército del Aire con la nomenclatura L.8C. Sin embargo, las características de este sencillo avión, eran más propias para volar en un aeroclub que como entrenador militar, de ahí que se cedieran a la aviación deportiva, nutriendo la precariedad de aviones en los aeroclubs españoles. Poco más tarde, el propio Juan del Campo diseña la I-115 “Garrapata”, fabricándose en AISA doscientos ejemplares. Avión de instrucción elemental, como intento de la industria nacional de sustituir a la incombustible Bücker, aunque se pasó a la más realista de reemplazar a las HM-1B. A algunas de ellas, HM-1B fabricada por AISA. 716 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2016


REVISTA_DE_AERONAUTICA_Y_ASTRONAUTICA_855
To see the actual publication please follow the link above