577 y los campos de batalla, ya en el Siglo XXI empezaron a reactivarse conflictos de carácter asimétrico o crearse nuevos, además de alargarse mucho en el tiempo, lo que volvió a poner en vigor la necesidad de aeronaves de tipo COIN. Si en un lugar se entendió de nuevo esta necesidad fue en Latinoamérica. Allí la creciente industria aeronáutica brasileña desarrollaba un aparato de El veterano campeón en la misiones CAS es el A-10, aunque sus costes operativos le hacen poco accesible a la gran mayoría de las naciones. foto: USAF. nueva generación especializado en este tipo de misiones, el Embraer EMB-314 Super Tucano. El nuevo aparato, tras realizar su primer vuelo en 1999, entraba en servicio en 2003, con la Força Aérea Brasileira (FAB) como cliente lanzador, que lo ha empleado en múltiples misiones de protección de sus fronteras y operaciones antidroga, durante las cuales el 3 de junio de 2009 derribaban una Cessna U206G cargada de cocaína. Aunque fue en Colombia donde se demostró la gran capacidad de dicha aeronave. El Gobierno de Bogotá adquirió 25 unidades, recibidas en diferentes lotes entre 2006 y 2008, que pronto se pusieron en actuar en la dura lucha contra las organizaciones terroristas y/o narcotraficantes que operan en el país. Así tras una primera acción en enero de 2007 con bombas convencionales, el 1 de marzo de 2008 su participación determinante en la operación Fénix saltó a la primera plana de los medios de comunicación mundiales. Aquella jornada una escuadrilla de aviones Super Tucano de la Fuerza Aérea de Colombia (FAC) participó en un ataque durante el cual se utilizaron bombas dotadas de la guía láser IAI Griffin-3, contra un campamento de los terroristas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sito en Ecuador, en los límites fronterizos con Colombia, abatiendo a más de una veintena de terroristas, entre ellos al segundo jefe de la organización, el conocido como alias “Raúl Reyes”. El éxito se repetía el 27 de septiembre de 2010, cuando se culminó la operación Sodoma en la cual, tras un estudiado trabajo de inteligencia, se localizaba al terrorista alias “Mono Jojoy”, el entonces jefe de las FARC en plena selva colombiana, lo que desencadenó un ataque aéreo. La comentada acción fue protagonizada por una treintena de los referidos aviones turbohélices Super Tucano y reactores IAI Kfir, que atacaron con 70 bombas inteligentes, dotadas del kit israelí IAI Griffin, y de caída libre Mk 82, el refugio del terrorista. Tras el ataque se comprobó que éste había neutralizado definitivamente al entonces jefe de las FARC y en torno a una veintena más de terroristas, como objetivaron las Fuerzas Especiales REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA / Julio-Agosto 2016
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