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dían cargar con más peso. Con décadas de vuelos en sus rotores ha llegado el momento de preparar el relevo. Arrancando el Siglo XXI el Pentágono lanzó el programa VXX para desarrollar un nuevo sistema de transporte en helicóptero/ VIP presidencial. El contrato fue adjudicado a Lockheed Martin en enero de 2005 para desarrollar y construir 28 helicópteros VH- 71 “Kestrel”, un modelo derivado del AgustaWestland AW101. Cinco de ellos, versiones menos sofisticadas, debían entregarse en 2010 y los 23 restantes, la versión actualizada, en 2015. Ni el calendario ni las entregas pudieron cumplirse. En marzo de 2008 el coste de los 28 helicópteros se había disparado de los 6.100 a los 11.200 millones de dólares y cada VH-71 se estimaba en 400 millones de dólares, más que un Boeing VC-25, el 747-200B “Air Force One” de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Finalmente, en junio de 2009, el programa de VH-71 fue cancelado debido a estos sobrecostos. Cinco años después, en 2014, Sikorsky fue la compañía elegida para construir una variante de su S-92 como transporte del presidente de EE.UU. Recibirá 1.200 millones de dólares para construir 21 aparatos operacionales y Una imagen del futuro, el S-92 “Marine One”. «Sikorsky fue la compañía elegida para construir una variante de su S-92 como transporte del presidente de EE.UU. por 1.200 millones de dólares» dos de prueba que deberán comenzar a entregarse en 2020 para completar la flota en 2023. Propulsado por dos motores GE CT7-8A, alcanza velocidades de aproximadamente 190 km/h con un alcance cercano a las 160 millas. Las capacidades defensivas del nuevo helicóptero presidencial incluyen blindaje, un sistema de interferencia de radares y de protección ante ataques con misiles antiaéreos. También se reforzará la electrónica para anular los efectos de un pulso electromagnético de origen nuclear y se dispondrá de un sistema de telecomunicaciones y videoconferencias encriptado, necesario para que el presidente pueda trabajar de forma segura durante los vuelos con la Casa Blanca o el Pentágono, entre otros. Además, a diferencia de la mayoría de los helicópteros, es tan silencioso que se puede hablar en su interior en un tono de voz normal. Como medida de prevención el Marine One siempre vuela en un grupo de helicópteros idénticos. Uno transporta al presidente mientras que los otros sirven como señuelos y en vuelo cambian regularmente de posición en la formación para ocultar la ubicación del “Marine One”. Y ya sea en vuelos locales, a destinos nacionales o en viajes al extranjero (a donde llegan en las bodegas de los aviones de transporte estratégico de la USAF), es siempre recibido por al menos un marine en uniforme de gala, una tradición que el próximo presidente de EE.UU. podrá mantener bajando de su recién estrenado “Marine One”. • V22 “Osprey” alzando el vuelo antes de convertirse en “avión”. 600 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2016


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