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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 863

dossier En cuanto a la ESA, el INTA se ha certificado como proveedor de servicios de TTC (Telemetría, Telemando y Control) utilizando para ello las nuevas antenas de su propiedad en el CEIT y en el CEC. Este contrato marco de provisión de servicios de TTC en los que el INTA compite con otras empresas e instituciones europeas, proporcionará nuevos ingresos y puestos de trabajo. En cuanto a tecnologías, el INTA ha sido precursor en la utilización de componentes comerciales en el espacio (los llamados COTS, Commercial-Off-The-Shelf). Tanto para sus últimos satélites NANOSAT/OPTOS, como en la instrumentación para misiones a Marte. El llamado New Space parte del abaratamiento 2012 Picosatélite OPTOS: vista exterior con antenas desplegadas. del acceso al espacio, la rápida fabricación (como la novedosa fabricación aditiva) y los sistemas múltiples distribuidos de muy bajo coste, las llamadas mega-constelaciones de micro-/nano- satélites de órbita baja, para observación de la Tierra, comunicaciones y quizás en el futuro, sistemas GNSS. Esta es sin duda una gran área de oportunidad para el INTA espacial, ya que cuenta con tradición en el desarrollo de pequeñas plataformas y capacidades en áreas clave como las estructuras, la electrónica y el control, la potencia, la óptica y optoelectrónica espacial, el magnetismo espacial o el ambiente de radiación. La dimensión científica del INTA ha crecido notablemente en los últimos 10 años. El INTA es hoy día un claro referente en el desarrollo de instrumentación espacial entre los grupos que se nutren de financiación nacional para hacer desarrollos destinados al programa científico de la ESA. De hecho, esta situación de éxito requerirá de fórmulas avanzadas para gestionar de la manera más eficaz posible la participación del INTA en los proyectos gestionados por la Agencia Estatal de Investigación. El INTA también avanza en desarrollos y propuestas propios para las misiones de la ESA, tanto a nivel de astrofísica como de exploración del sistema solar. En cuanto a exploración del sistema solar, el Instituto ha desarrollado en los últimos años un asombroso potencial. La primera actividad de exploración planetaria en la que participó el INTA fue en la recepción de las imágenes tomadas por la mítica Mariner IV en el primer pase con éxito por Marte (15 de julio de 1965). Envió 21 fotografías que fueron recibidas por la estación de Robledo de Chavela. Actualmente, el INTA tiene presencia en todas las misiones de exploración de Marte de la presente década con las tres grandes Agencias: ESA, NASA y Roscosmos. Ello le sitúa como un centro de referencia en Europa en el desarrollo de instrumentación científica para operación en la superficie de Marte. La colaboración entre los equipos del INTA y del CAB (CSIC-INTA) es plena, lo que garantiza una mayor capacidad, visión y número de oportunidades. La estación meteorológica REMS a bordo del Rover Curiosity (Mars Science Laboratory de JPL/NASA) supuso la primera participación en una misión sobre la superficie del planeta rojo. REMS opera con éxito desde el aterrizaje del Rover Curiosity en el cráter Gale (agosto de 2012). Cuenta con una serie de sensores que registran la velocidad y dirección del viento, la temperatura del suelo mediante la medida de la radiación infrarroja emitida por éste, la temperatura del aire y la humedad relativa, la luz ultravioleta (UV) y la presión atmosférica. En paralelo a la participación en el Rover Curiosity, se iniciaba la participación en la Mars MetNet Lander Mission, una aproximación a la exploración planetaria radicalmente distinta. En esta iniciativa trilateral, desarrollada junto a Rusia y Finlandia, el INTA participaba con diversos sensores miniaturizados que iban alojados en un “penetrador” que soporta- REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2017 391


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