OPERACIÓN “BALMIS”
NO ESTÁIS SOLOS
Las delegaciones de Defensa han prestado atención telefónica
a las personas mayores con una especial vinculación
con las Fuerzas Armadas
Los mayores han sido el grupo de
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población más castigado por la pandemia.
Dentro de ese colectivo, hay
quienes mantienen una especial vinculación
con las Fuerzas Armadas, por tratarse
de personal en la reserva o retirado, o de
viudas de militares. Cuando se declaró la
crisis sanitaria y el estado de alarma, desde
la Subsecretaría de Defensa se remitió
una circular para coordinar la actividad
de seguimiento y apoyo a estas personas,
que podían resultar especialmente vulnerables
en una situación de restricción de la
movilidad y confinamiento.
Cuando en la Delegación de Defensa de
Madrid recibieron la comunicación, no lo
dudaron: querían ayudar. Pero había que
ver cómo hacerlo, ya que la mayor parte
de su plantilla —52 personas, entre civiles
y militares— se encontraba teletrabajando.
Esta situación se repetía en el resto
de delegaciones. No obstante, cuando la
disponibilidad es absoluta, no hay obstáculos
que se interpongan, como así se
demostró.
Lo primero que hicieron fue enviar un correo
masivo a todas las direcciones de las
que disponían, en el que les explicaban
a estas personas las gestiones y apoyos
que podían ofrecerles. Fue un adelanto
para las llamadas que vendrían después,
unas llamadas que se efectuaron mayoritariamente
desde los móviles particulares,
porque era la única forma de entrar
en eficacia desde el primer día, y que se
hicieron a pesar de la dificultad de muchos
para conciliar el trabajo con la vida
familiar. Incluso, en alguna delegación,
se activó a personal reservista voluntario
para acciones presenciales.
En esos contactos se les ofrecía cualquier
tipo de ayuda. Por ejemplo, apoyo administrativo
para gestiones que tuvieran que
hacer; apoyo familiar, como por ejemplo
la expedición excepcional de certificados
de movilidad para que familiares, amigos
o vecinos les pudiesen realizar la compra
de alimentos o medicamentos; apoyo
asistencial para derivar su caso a las
asambleas locales de la Cruz Roja o servicios
similares, si se consideraba oportuno;
y apoyo psicológico, con la puesta a disposición
de unos teléfonos de atención. No
obstante, muchas veces, la propia llamada
de la Delegación ya cumplía con esta función,
como tuvo ocasión de comprobar el
cabo 1º Morollón, responsable de Personal