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del pabellón dormitorio para alojamiento de los alumnos, construyendo enfrente de él al otro lado de la plaza de armas un edificio de forma rectangular con patio central donde se dispondrían: • Un comedor para 700 plazas • Una cocina para 800 plazas • Una capilla con capacidad para 100 personas • Una biblioteca con mesas de lectura para 100 personas • Un bar con una capacidad de 200 personas de pie • Una enfermería para unas 20 camas Se advertía además de la necesidad de aumentar la cifra de aulas en la proporción correspondiente. Como consecuencia se redactaron unos proyectos al respecto. La Dirección General de Aeropuertos lanzó el proyecto 5- 640-55 referente a la ampliación en sentido longitudinal del pabellón de aulas existente para aumentar su capacidad. Era un concepto que difería de la propuesta de la Jefatura de la MAU, que había sugerido la construcción de un nuevo edificio para dos aulas con el fin de tener en conjunto unos 100 alumnos por aula, indicando como alternativa crear cuatro aulas más por el camino que se considerara oportuno. Asociado a la ampliación se elaboró el “Anteproyecto de Edificio Administrativo de Villafría” fechado en Valladolid el 11 de abril de 1956 con las firmas del arquitecto Daniel Valdivieso Rubio, del comandante de ingenieros aeronáuticos Antonio Marabini Berriz y de Francisco Domínguez Riestra. La memoria del anteproyecto era elocuente cuando en el apartado de las órdenes recibidas decía que “como consecuencia de las decisiones de la Superioridad el contingente a reclutar por la Milicia Aérea Universitaria para el verano del corriente año de 1956, se elevará a 620 hombres, cifra que seguramente tendrá un aumento en el año 1957, de 60 individuos más … se considera de suma necesidad la realización de obras y ampliación de las ya existentes ...”. El edificio administrativo, cuyo coste se había estimado en 468.000 pesetas, buscaba fundamente liberar espacio en la torre de mando. Habría constado de dos alas conectadas en forma de L, una para funciones administrativas y otra para estudios. Cada unidad tendría oficinas formadas por el despacho del Jefe de Sección y dos dependencias de empleados de espaldas al Jefe y con ventanales separadores, aseos generales, guardarropas y almacén. A diferencia de los dos casos anteriores, no se ha identificado documentación del proyecto del edificio multiusos que constituía el centro de la propuesta de la Jefatura de la MAU. Sin embargo sí aparece su silueta en un plano del 20 de marzo de 1956, lo que parece demostrar que tal proyecto también llegó a ser redactado con mayor o menor detalle. En la figura 5 se representan esas propuestas instalaciones que nunca llegaron a ver la luz. El objetivo de aumentar los llamamientos de la MAU se habría venido gestando desde finales de 1954, cuando se evaluaron las necesidades para 1955, y muy probablemente estaba directamente relacionado con el que más adelante fue el Decreto de agosto de 195524, cuyo fin era revisar y unificar lo relacionado con el reclutamiento y formación de los Oficiales y los Suboficiales de Complemento a la luz de la experiencia obtenida con la aplicación del antes mencionado Decreto de 24 de julio de 1947. Llama la atención poderosamente, sin embargo, que todos esos proyectos dejaron de tener sentido incluso antes de su puesta en papel. La ampliación de los llamamientos de la MAU había sido desestimada en los primeros meses de 1955. La Orden Ministerial de 16 de junio de 1955 convocó 385 plazas para la que sería la 8ª Promoción de la MAU, bastante inferior a las 620 consideradas25. La relación de admitidos dada a conocer en diciembre se redujo hasta sólo 292 alumnos26. Es más, la 9ª Promoción resultó especialmente corta: se convocaron solamente 100 plazas en mayo de 1956 y en los albores de enero de 1957 la relación de admitidos sumó 137 alumnos27. PRINCIPIOS DE LOS 60: EL AERÓDROMO ESCUELA ALCANZA SU CONFIGURACIÓN FINAL < Fue en los primeros años 60 cuando el Aeródromo Escuela de la MAU llegó a su configuración definitiva. El año 1960 se había estrenado con una propuesta de la Junta Económica del Servicio de Obras de la Región Aérea Atlántica que, según acta del 20 de abril, acordó proponer a la Superioridad la colocación en Villafría de “un monumento al primer caído de la MAU” por un importe de 188.622,20 pesetas. El primer caído de la MAU fue el alférez de la Primera Promoción Antonio Sánchez Barranco, fallecido el 11 de agosto de 1957 en Ifni mientras participaba en una misión -considerada de guerra a posteriori- como segundo piloto de un CASA C-2.111, por lo que se le concedió el empleo de teniente a título póstumo. El monumento, declarado de absoluta necesidad tras el dictamen de la Junta 150


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