Page 32

AEROPLANO 28

privilegio de invención durante un año en los países más importantes. Transcurrido ese período, el 10 de julio de 1907, el ilustre ingeniero español solicitaría también la patente en Francia por “Perfectionnements dans les ballons fusiformes”, que le sería concedida el 18 de diciembre de 1907 y publicada el 15 de febrero de 1908. Análogamente, el 11 de julio de 1907 solicitó la patente en el Reino Unido por “Improvements in Fusiform Aerostats”, solicitud que se aceptaba el 28 de noviembre de ese año. Pero los trabajos que habían permitido llegar hasta ese punto se habían realizado en el Centro de Ensayos de Aeronáutica, con la financiación de la Dirección General de Obras Públicas. Por ello, D. Leonardo se dirigía a sus superiores el 13 de julio de 1906, exponiéndoles que12 “la patente me pertenece en gran parte ya porque la invención estaba realizada en principio antes de fundarse este Centro, ya también porque mi trabajo en él ha sido gratuito”. Pero reconocía que “pertenece también en parte al Estado que ha suministrado el dinero invertido en estudiar prácticamente este nuevo procedimiento”, por lo que dejaba en manos del Ministerio (de quien dependía en última instancia la Oficina de Patentes) la decisión en torno a la propiedad definitiva de los derechos. EL TRASLADO DEL CENTRO DE ENSAYOS DE AERONÁUTICA A GUADALAJARA Como parecía natural, el 30 de julio de 1906 la Dirección General de Agricultura, Comercio e Industria del Ministerio comunicaba tanto a Torres Quevedo como al Negociado de patentes que aquélla debía ser propiedad del inventor. Para terminar la construcción y llevar a cabo las pruebas de estabilidad proyectadas, Torres Quevedo necesitaba los recursos del Parque de Guadalajara. En su escrito de junio de 1906 Vives, antes de dar el permiso que conocíamos antes, destacaba una realidad: “Desde que se estableció el Servicio de Aerostación militar en nuestro ejército, se ha venido sosteniendo constantemente el criterio de no efectuar con los recursos de que se dispone más ensayos que los precisos para los pequeños perfeccionamientos de las aplicaciones militares de la Aerostación. Este criterio que siguen también las naciones más ricas, y que mayores recursos dedican a la Aerostación militar, es más necesario todavía en nuestro país, por ser tan limitados los recursos disponibles, que escasamente bastan para proporcionar al ejército las aplicaciones más indispensables de lo ya conocido, siendo evidente que si parte de estos recursos se dedicaran a ensayos, de resultados siempre problemáticos, sería con grave perjuicio del servicio mismo, que se vería privado de los recursos indispensables para su funcionamiento”. Autorizado por Real Orden de 4 de julio “para que pase a Guadalajara cuantas veces sea compatible con el servicio, a efectuar experiencias en el Polígono de la Compañía de Aerostación con el globo dirigible que ha construido”13, Kindelán procedió a trasladar todo el material durante la primera semana de julio de 1906, tal como confirmaba por carta el sábado 11 a D. Leonardo, quien se encontraba en Bilbao preparando las pruebas del telekino. Teniendo en cuenta el coste que hubiera supuesto para el Centro la ampliación del barracón de globos del Parque, la primera labor de Kindelán consistió en preparar, en el otro extremo del polígono, una gran tienda de campaña que sirviera de hangar para el dirigible, tarea que le llevó hasta mediados del mes de agosto. La impresión de Kindelán el 5 de agosto era que14 “del Teniente Coronel Vives y demás oficiales de Guadalajara sólo facilidades he encontrado en todo”. En esos momentos, mientras se esperaba a poder disponer de hidrógeno para inflar por primera vez el globo, Kindelán probaba los motores Antoinnette comprados a Levavasseur, esperaba que llegaran las hélices encargadas a Vosin y pedía a D. Leonardo: “tráigase algo planeado sobre la barquilla etc. pues yo tengo algo pensado y nos pondremos de acuerdo”. También le informaba de que estaba satisfecho con el funcionamiento del motor, “pero no de la facilidad de ponerlo en marcha a distancia” con el telekino, uno de los objetivos del inventor desde 1902. Las primeras pruebas de estabilidad, con el sabio español centrado en los ensayos de Bilbao, las dirigió sólo el Capitán Noticia de prensa atribuyendo el nombre de Kindelán al dirigible. 30


AEROPLANO 28
To see the actual publication please follow the link above