Tecnologia para la Orion

REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA OCT 2016

Tecnología para la Orion La nueva cápsula Orion de la NASA, más allá de su semejanza externa con la vieja Apolo lunar, representa en realidad un enorme paso tecnológico adelante en el ámbito de los vuelos tripulados. Su primer vuelo, en diciembre de 2014, permitió probar algunos aspectos de su perfil de misión, como la reentrada, con el escudo térmico, y otros sistemas esenciales. Sin embargo, el viaje no incluyó todo aquello relacionado con la presencia de astronautas en su interior. La Orion que transporte a hombres al espacio será muy diferente por dentro al vehículo utilizado durante la misión EFT-1. Además, utilizará un módulo de servicio proporcionado por la Agencia Espacial Europea. Han pasado más de 50 años desde que los ingenieros de North American Aviation diseñaron y construyeron la Apolo que enviaría a varias tripulaciones de astronautas a la Luna. En ese tiempo la tecnología aeroespacial ha efectuado grandes avances. Algunos se vieron reflejados en el transbordador espacial, pero este aún basó buena parte de sus elementos en lo que había funcionado perfectamente durante la década anterior. Manuel Montes Palacio Despiece de los elementos de la misión Orion. (Foto: NASA). Algunos pensarían, pues, que si las Apolo actuaron bien y las Orion van a tener un papel parecido, estas no deberían tener que incorporar grandes cambios respecto a sus antecesoras. Pero, muy al contrario, el aspecto exterior de la Orion es casi la única cosa que se parece a ellas. Los sistemas básicos, en cuanto a funcionalidad, están ahí, pero los detalles, los componentes, responden, como es lógico, a las necesidades de los vuelos espaciales modernos. Para empezar, las Apolo sólo debían garantizar un vuelo de dos semanas de ida y vuelta a la Luna. Las Orion, por su parte, podrían tener que llevar a cabo viajes de varios meses de duración, ya que algunos de sus objetivos estarán mucho más lejos, como los asteroides o Marte. Para garantizar esta autonomía, la nueva astronave ha tenido que ser diseñada de una forma más avanzada que sus predecesoras. Si dejamos aparte su sistema de aborto durante el lanzamiento, su módulo de servicio (que construirá la ESA) y su adaptador para el cohete, todos ellos basados en la mejor tecnología disponible, y nos centramos en la cápsula propiamente dicha, vamos a encontrar algunas sorpresas tanto en su interior como en el exterior. Hablando sólo de nuevas tecnologías aplicadas al vehículo (hay naturalmente otras sobradamente probadas en misiones anteriores), las encontraremos ya en la propia estructura de la nave, dado que esta incorpora gran cantidad de elementos fabricados con materiales compuestos. Mucho más ligeros y tan resistentes o más que los metales, estos materiales harán un gran servicio disminuyendo el peso de la Orion. La protección térmica de la Orion es también más avanzada que la de la Apolo. Las temperaturas que deberá soportar procedente de la Luna o más allá son superiores a las necesarias para fundir el hierro, el acero o el cromo. Para evitar daños en su estructura, la nave utiliza un escudo térmico inferior de cinco metros de diámetro, con una capa ablativa superficial del material Avcoat, ya usado en la Apolo. Para disminuir el peso de un escudo tan grande, se han eliminado estructuras metálicas de soporte y se han usado más materiales compuestos. Durante la reentrada atmosférica, el escudo se irá erosionando, llevándose el calor y evitando que penetre en la cabina de los astronautas. En todo caso, la cápsula ha sido además recubierta con losetas térmicas parecidas a las usadas en el transbordador espacial, para proporcionar una mayor seguridad. Están hechas de un material compuesto llamado AETB-8 y son capaces de proteger al vehículo de pequeños impactos de micrometeoritos. 890 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Octubre 2016


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