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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA OCT 2016

Octubre 2016 El sistema de soporte vital será de circuito cerrado, aprovechando al máximo los recursos. La atmósfera respirable será semejante a la de la Tierra a nivel del mar, y no de oxígeno puro, con una presión también parecida o algo inferior. Otro aspecto interesante será la presencia de un sistema de gestión de desechos, es decir, los astronautas no tendrán que usar bolsas como en la Apolo para hacer sus necesidades. Dispondrán de un inodoro derivado del utilizado en la estación espacial internacional. Una adición muy importante será la presencia de un sistema de control ambiental, que no sólo se ocupará de mantener la temperatura y la presión, sino también de detectar elementos peligrosos en la atmósfera. Los ingenieros incluirán asimismo otro sistema pensado para detectar peligros de variada índole, incluyendo fallos en sistemas, siendo capaz de identificarlos, aislarlos y recuperarlos si es posible. Todo ello reducirá la carga de trabajo de los astronautas en situaciones estresantes. En caso de que la cápsula aterrice en tierra debido a un problema de guiado durante el descenso, y no en el océano, los astronautas dispondrán de sistemas que garanticen la seguridad de esta maniobra, así como elementos de supervivencia. Los sistemas de propulsión, por su parte, son básicamente convencionales (nos interesa que estén muy probados y sean seguros), pero en el sistema de aborto durante el lanzamiento se han hecho notables mejoras de fiabilidad en los motores de escape y de control de orientación. Estos y otros motores utilizarán un nuevo combustible que quema más rápidamente, ayudando a apartar a la nave del peligro en caso necesario. EL MÓDULO DE SERVICIO EUROPEO La estación espacial internacional (ISS) ha demostrado ser una exitosa iniciativa en la que han participado decenas de países. Veintidós de ellos se hallan englobados en la Agencia Espacial Europea, la cual ha contribuido con diversos elementos al complejo orbital, como el módulo Columbus. Sin embargo, para colaborar en el mantenimiento de la ISS y al mismo tiempo poder acceder a ella de forma continuada, la ESA tuvo que llegar a diferentes acuerdos con las principales potencias, como la NASA o Roskosmos. Con la primera, aceptó desarrollar y enviar a la estación un total de cinco vehículos de carga, los conocidos ATV, para cubrir sus compromisos hasta 2014. El último de ellos voló recientemente, pero la estación ha visto prolongada su vida útil en el espacio, al menos hasta 2024. Como la ESA quiere continuar contribuyendo a la gestión y mantenimiento del complejo, y seguir enviando sus astronautas hacia allí, ha sido necesario idear un nuevo programa de interés para la NASA y la agencia europea, de modo que quede así cubierto el período de 2017 a 2020 y quizá más allá. Después de largas conversaciones, se ha concretado que la ESA construirá el módulo de servicio de la cápsula Orion. Con este nuevo programa, Europa consigue varios objetivos: pagar su parte a la NASA de los costes de operación de la ISS, aprovechar la tecnología previamente desarrollada para los ATV, y finalmente participar en un programa tripulado de exploración que podría llevarnos a la Luna y finalmente a los asteroides y Marte. Que la NASA haya aceptado tal propuesta no es poca cosa. Con esta acción, la ESA se ha colocado en el camino crítico para el éxito del programa tripulado de la agencia estadounidense. En otras palabras, si el módulo de servicio de la ESA no obtuviera los resultados esperados, las Orion no podrían volar al espacio en mucho tiempo. Sin embargo, en vista del fulgurante historial de los ATV, nada hace pensar que el nuevo módulo de servicio vaya a sufrir ningún problema durante su desarrollo y su etapa operativa. Por otro lado, la contribución de la ESA es interesante para la NASA porque La primera Orion, aún sin un módulo de servicio funcional, durante los preparativos para el lanzamiento. (Foto: NASA). la ESA podría utilizar paneles solares rectangulares. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Octubre 2016 893


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