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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA OCT 2016

proporciona un importante ahorro para la agencia, que debe además construir un enorme cohete para lanzar la Orion, sin contar los más de 10.000 millones de dólares ya gastados en esta cápsula desde que fue propuesta para el proyecto Constellation, después cancelado. La primera Orion voló al espacio en diciembre de 2014, durante una misión de corta duración para ensayar el buen funcionamiento de su escudo térmico. Debido a las características del viaje experimental, esta Orion no tuvo que transportar ningún módulo de servicio (tampoco tripulación), ya que la etapa superior de su lanzador Delta-4H hizo todo el trabajo de maniobras. Para la segunda misión (hacia el año 2018), en cambio, la primera a bordo del cohete SLS, la Orion pasará junto a la Luna sin tripulantes y ya necesitará un módulo de servicio que demuestre su potencial. Fue en mayo de 2011 cuando la ESA empezó a plantearse utilizar a un ATV modificado como módulo de servicio para la Orion, como contribución tras el final de este programa. El ATV, no obstante, estaba pensado para transportar suministros, por lo que disponía de un módulo presurizado y un módulo de servicio con un sistema de propulsión limitado, así como un sistema de cita espacial y de acoplamiento. La Orion sólo necesitaría una parte de estos elementos, así que el 21 de junio de 2012 se encargó a la empresa Airbus Defence & Space la elaboración de dos informes, con un coste total de 13 millones de euros, para determinar cómo debería ser un módulo de servicio para la Orion basado en el ATV, y para aumentar la capacidad de este último y convertirlo en un vehículo orbital multifuncional e independiente. En base a los estudios, la ESA decidió el 21 de noviembre de 2012 centrarse en desarrollar el módulo de servicio para la Orion. Poco después, el 16 de enero de 2013, la propia NASA anunció que el primer vuelo del cohete SLS (Space Launch System), entonces previsto para 2017, llevaría una Orion equipada con el módulo de servicio de la ESA. Es obvio que, después del esfuerzo dedicado a la iniciativa ATV (1.350 millones de euros en el desarrollo, más 250 por cada vehículo, sin contar su lanzamiento y carga útil) la industria europea y la propia ESA estaban más que deseosas de encontrar otra aplicación para la tecnología que tuvieron que poner a punto. Después de la decisión, llegó el momento de poner ma- Los astronautas utilizarán un panel de mandos con un en la Apolo. (Foto: NASA). El último ATV. (Foto: ESA–S. Corvaja, 2014). 894 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Octubre 2016


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