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Bibliografía LA APORTACIÓN DE MANUEL RIVERA A LA NAVEGACIÓN AÉREA VV.AA. (Ministerio de Defensa; Ministerio de Economía, Industria y Competitividad) Editado por: Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica, 2017. 92 páginas, 21,8 x 26,1 cm. ISBN: 978-84- 9091-251-5 https://publicaciones.defensa. gob.es/la-aportaci-n-demanuel rivera-a-la-navegacin a-rea-libros-papel.html Esta monografía, dedicada a glosar la figura de Manuel Rivera, un casi desconocido precursor de la navegación aérea, está compuesta por las aportaciones de diversos autores, procedentes de ámbitos diferentes, como la universidad, la industria aeronáutica, los organismos editores o los descendientes del propio Rivera. Ha sido coeditada por el Ministerio de Defensa y el de Economía, Industria y Competitividad, y pertenece a la serie dedicada a glosar las figuras de investigadores y emprendedores que pasaron por el Ejército, como es el caso del autor que comentamos, que alcanzó el empleo de coronel de artillería. En su artículo “Memoria sobre la navegación aérea”, fechado en 1864 en Cavite cuando estaba destinado en Filipinas como capitán, Rivera desarrolla un “modelo de dirigible planiforme” con una propuesta, innovadora para la época y que posteriores estudios han corroborado, que partía de la idea de un dirigible aerodinámico de forma alargada y bastante plana, y de un sistema de propulsión fijado al eje longitudinal del dirigible, y no a la barquilla como era la tendencia común en la época. La gran innovación del trabajo de Rivera se refiere a la propulsión, pues no la propone mediante hélices, sino mediante un sistema “a reacción” mediante chorros de vapor de agua, aunque la poca potencia de los motores existentes en el momento de la redacción de la memoria fue probablemente la causa de que tardara muchos años en publicar su artículo. Cuando por fin lo hizo, una vez retirado en su pazo de El Ferrol, ya estaban muy desarrollados los trabajos sobre dirigibles de von Zeppelin. Todo ello unido a la falta de financiación para desarrollar su proyecto y a la avanzada edad con la que ya contaba Rivera fueron probablemente las causas que motivaron que sus ideas cayeran en el olvido. Manuel Rivera y Sempere, nacido en Vigo en el seno de una familia de tradición militar, ingresó en 1852 en el Colegio de Artillería de Segovia, obteniendo el empleo de teniente en 1857. Posteriormente tuvo la ocasión de estar destinado dos años más como profesor ayudante, tarea que le permitía compaginar sus labores docentes con la investigación. Antes del siglo XX, cuando la universidad española se dedicaba fundamentalmente al estudio de disciplinas humanísticas, el Colegio de Artillería fue el principal centro de investigación y estudio de disciplinas científicas en nuestro país. Entre su personal docente e investigador contó, entre otros, con el químico francés Joseph Louis Proust, quien, en el edificio conocido como “la casa de la química” frente al Alcázar, formuló la “Ley de las proporciones definidas” que se sigue estudiando en la actualidad en todos los manuales de química. Con la base de la formación científica que había adquirido en Segovia, Rivera estuvo trabajando de forma autodidacta desde su lejano destino en Filipinas, sin acceso a ningún tipo de documentación científica, en una línea de trabajo paralela a las de otros investigadores que sí obtuvieron gran repercusión y figuran en todas las historias de la aeronáutica y la aerostación, como Henri Giffard, el conde Ferdinand von Zeppelin y, en España, Leonardo Torres Quevedo. La obra muestra la comparación de la patente de Rivera con otros trabajos contemporáneos, como el de Giffard, considerado el inventor del dirigible, pero con el que existen notables diferencias. En primer lugar porque Giffard propone la propulsión mediante hélices fijadas a la barquilla, con un primitivo sistema de timón. Rivera, por el contrario, propone un diseño totalmente innovador para la época, fusiforme, y proyecta el motor integrado en un hueco de la estructura, lo que favorece las características aerodinámicas del aparato y le da gran estabilidad, superior a la que le proporcionaría su fijación a la barquilla. Este libro es una demostración de afecto hacia el dirigible, un medio de transporte denostado a lo largo de la historia, pero que sin embargo permite trasportar grandes cargas a bajo coste, en todo tiempo y durante largas navegaciones, por lo que debería ser objeto de mayor investigación y financiación. Como ejemplo se muestran los dirigibles empleados por los guardacostas americanos a mediados del pasado siglo, basados en investigaciones posteriores que muestran grandes semejanzas con las innovadoras propuestas de Rivera. 416 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2018


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