409 El vigia

RAA 873

Hace 100 años Nacimiento Burgos 3 mayo 1918 Felizmente ha dado a luz un niño, tercero de sus hijos Dª. Asunción Arregui Cecilia, esposa del conocido abogado del Estado D. Pedro Alfaro. Al recién nacido se le impondrá el nombre de Ignacio. Nota de El Vigía: La carrera militar de Ignacio Alfaro que, como veremos, alcanzó la cima, comenzó desde abajo; cuando, de vacaciones escolares, al tenerse noticia en Burgos del levantamiento militar, junto a su hermano menor Emiliano se incorporó como soldado voluntario al cercano aeródromo de Gamonal. En los polimotores Fokker y Dragon Rapide que allí se reunieron, aquel grupo de chavales, todos amigos o conocidos, acompañando a un puñado de pilotos profesionales (comandante Ansaldo, capitanes Luis Navarro, Carlos Pombo, Ángel Salas y José Muñoz, entre otros), hicieron de todo; observadores, ametralladores o bombarderos…, el vigía Cronología de la Aviación Militar lanzando las bombas a mano a través de un agujero practicado en el suelo, cuando no labores más modestas de aeródromo. Los primeros servicios de guerra fueron a la sierra de Madrid, y al norte, costa cantábrica; luego, desde los aeródromos de Olmedo y Agoncillo, aquellos se intensificaron. En uno de ellos perdió la vida su gran amigo, burgalés y soldado como él, Ramón de la Cuesta. Un trágico error llevó a una patrulla de cazas He-51 de la Legión Cóndor, a confundir el Dragon Rapide con un aparato enemigo, «asándole a tiros» y derribándolo; en él cayeron también los capitanes Joaquín Vela de Almazán y José Pouso. Ya en marzo, Ignacio fue llamado a un curso de pilotos que tuvo lugar en la Escuela de El Copero, volando biplanos Havilland Moth y las flamantes Bucker 131. Demostrando que el vuelo se le daba bien, la fase de transformación, aunque dura, la superó, «soltándose» en aquellos Havilland Hispano (DH-9) que de niño había admirado revoloteando sobre Burgos; en los polacos PWS-1 que nadie los quería y en los estupendos Arado 66 llegados de Alemania. Acabado el curso en junio de 1937, con el ascenso al empleo de alférez, recibía el título de Piloto de Avión de Guerra. Díaz César Martín Campo, con la que toma parte en numerosos servicios de guerra, sobre todo ametrallamientos. No existiendo aún escuela de lo especialidad, los cazadores se forjaban en los Heinkel 51. Esto ocurrió con nuestro protagonista, y cuando en noviembre de 1937, al recibir más Fiat CR-32, la caza de Morato requirió nuevos pilotos, pasó a formar Española “Canario” Azaola Miembro del IHCA parte de la 3.ª Escuadrilla, al mando del capitán Murcia. En ella debutó –¡toda una experiencia!– en los primeros combates, en los que llegaría a abatir tres I-16 Mosca/ I-15 Chato Ratas. Alcanzada la paz, ya teniente, en la revista aérea de Barajas lo encontramos portando el guión, que orlado de luto con crespón negro, mostraba el laureado emblema de la Patrulla Azul y la inscripción: García Morato, presente. En el posterior desfile, en el que la Caza escribió en el cielo madrileño el nombre de Franco, vuela junto a doce Fiat más, componiendo la N; y en la solemne entrega del banderín a la Escuadra de Caza, lo vemos con Carlos M.ª Rey Stolle, ejerciendo de monaguillo del obispo auxiliar de Toledo ayudando en la santa misa y en la ceremonia de bendición. Iniciada la recuperación de los aviones de la aviación republicana exiliados a Francia, con fecha 31 de mayo Ignacio Alfaro se hace cargo en Toulouse-Francazal del Super Chato CC-093 que lo traslada a Sabadell. Acababa el año 1939, y el teniente Alfaro habría de vivir uno de los momentos más dramáticos de su vida. Destinado al 26 Grupo de caza, con base en León, a fin de equiparlo, se dispuso que sus pilotos se desplazaran a Mallorca para recoger los Fiat que en Son San Juan habían dejado los aviadores italianos. Tras varios aplazamientos debido al mal tiempo, el 9 de noviembre, a bordo de un Savoia 81, partía la primera expedición. La formaban los tenientes Santiago de la Cuesta, José Luis Plaza, Andrés Vicente, Alfonso Ponte, Francisco Ramírez y nuestro protagonista. Pilotaban el trimotor los tenientes Miguel Ángel Sanz, Francisco Bacariza y José Madrugaron; los cabos Gironés (mecánico) y Fernando Sánchez (radio), figurando como pasajero el conductor de automóvil Antonio Vidal. El mal tiempo que encontraron en la ruta y el meterse en nubes sin calificación para vuelo instrumental causaron la tragedia; no pudiendo el comandante controlar el avión, ordenó al mecánico que comunicase al pasaje la orden de abandonarlo en paracaídas y luego de esperar unos instantes, tanto él como su segundo abandonaban el avión por la ventanilla superior de la cabina. Lamentablemente los cazadores y el pasajero, a excepción de Alfaro, desprovistos de sus paracaídas –tan solo llevaban sus atalajes puestos– ante la imposibilidad de encontrarlos y ajustárselos en los dramáticos momentos de confusión, cayeron con el avión que se estrelló en un monte a 5 km al SE de Lastras de Cuellar en la provincia de Segovia. Incendiado, perecieron en su interior siete de sus ocupantes; al teniente Plaza, quien saltó demasiado tarde, se le encontró con el paracaídas desplegado a 50 metros de los restos de aquel. Más suerte tuvo Alfaro, a quien se recuperó ileso de la copa de un árbol con la seda rajada al abrirlo a excesiva velocidad; así y todo fue un trauma, el que en un pis pas hubiera perdido sus paisanos y amigos Plaza, Vicente y De la Cuesta. Con intención de profesionalizarse, ingresó en la Academia de Aviación y, tras el periodo lectivo, demostrado su buen hacer se quedó en ella como profesor; muy capacitado, fue un referente de la intelectualidad del joven Ejército el Aire. Aprobado el curso de vuelo sin visibilidad en 1945, ya comandante, pasó por la Escuela Superior del Aire diplomándose en Estado Mayor con la 4.ª Promoción. Luego de servir en distintas secciones del Ministerio, regresó a aquella como profesor y tras su ascenso a teniente coronel, cumplió tres años con el mismo cometido, en la de Cooperación Aeroterrestre. En 1955 realiza en la base USAFE de Furstenfeldbruck el curso de transición a reactores; seis años después, alcanzado el empleo de coronel, fue nombrado jefe de la Escuela Básica de Pilotos y del Sector Aéreo de Salamanca. Director del Grupo de Escuelas con la nueva organización, tuvo la gran satisfacción de que durante su manda- REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2018 409


RAA 873
To see the actual publication please follow the link above