Noche de Reyes Hacía mucho frío, mucho más del habitual para una noche de enero en Madrid. Era la noche más especial del año para los niños, la de los Reyes Magos. En aquella apartada garita de la base de Cuatro Vientos, el soldado Dani Gómez, fusil en mano, expulsaba el vaho por su boca mientras, con la mirada fija en aquella oscura y silenciosa puerta, centraba sus pensamientos en su hijo Yago, de 9 años. El niño había insistido a su padre que no pensaba dormirse bajo ningún concepto hasta que viera a los Reyes Magos, ya que tenía que pedirles algo muy especial en secreto y quería decírselo en persona. Por este motivo, esa Miguel González Molina Capitán del Ejército del Aire A todos los compañer@s que trabajando por la paz misma mañana, muy temprano, antes de salir de salir de casa, su mujer le expresó a Dani su preocupación para encontrar el momento adecuado durante la noche y poder «colocar» los regalos al pie del árbol de Navidad, como hacían todos los años. Yago sabía que su padre tenía que partir en breve para ir de misión a Gabón y desde que conoció esta noticia tenía un gran disgusto y preocupación que no lograba quitarse de la cabeza; sobre todo porque se enteró después de entregar su carta a los Reyes y no pudo pedirles el regalo que le habría gustado para su padre. El niño estaba obsesionado con los peligros que se con su esfuerzo nos protegen podía encontrar en este país y aunque su padre le había dicho por activa y por pasiva que la seguridad era algo prioritario en la misión, no había conseguido tranquilizarlo. Ocupado en estos pensamientos andaba Dani cuando un extraño ruido procedente del vestuario le interrumpió. Era un sonido que rompió la paz de la noche. Decidió explorar los alrededores, ya que por un momento tuvo la sensación de que alguien estaba junto a él. No encontró ninguna explicación al ruido. «Habrá sido un conejo, uno de los muchos que hay por esta zona», pensó. Y regresó a la normalidad, que permaneció hasta que finalizó su servicio. Interior del «Aula España» del colegio Les chandeliers en Libreville, Gabón. El Destacamento Mamba lleva años colaborando en la mejora de sus enseres e instalaciones y realizando visitas periódicas. Por ello, los españoles son muy queridos en el centro REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Diciembre 2019 1005
RAA_889_1
To see the actual publication please follow the link above