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guerra informativa china opinión 165 una imagen positiva del país y contribuyan a justificar sus actividades en el exterior (desde la deslegitimación de Taiwán a la defensa de sus alteraciones del statu quo internacional), el control y ataque de la disidencia o la desinformación y propaganda, estas actividades sirven principalmente para apoyar las guerras psicológica, propagandística, legal y de opinión pública. A pesar de su poca madurez, las actividades informativas en redes sociales son especialmente activas tanto en el interior del país como en su área de influencia directa, tal y como ha puesto de manifiesto la ofensiva online que China lanzó a mediados de 2019 contra las protestas de Hong Kong20. No obstante, no puede descartarse que las lecciones aprendidas por el Kremlin tanto en las campañas militares de Crimea, Ucrania, Siria y de las actividades de influencia en procesos políticos extranjeros sirvan para que China amplíe sus capacidades en esta materia –tal y como está haciendo al intentar reforzar su presencia en Twitter– y plantee un enfoque más global y potencialmente disruptivo. En conclusión, tal y como se ha explicado en las páginas anteriores, la zona gris es, por su propia naturaleza, ambigua. Esta ambigüedad es la que está facilitando que actores como China adopten estrategias multidimensionales –popularizadas como «amenazas híbridas»– para proyectar su poder negando de forma plausible su autoría, degradando la disuasión y reforzando su posición revista de aeronáutica y astronáutica /marzo 2020 relativa en el mundo del siglo XXI. Aunque muchas de estas actividades se realizan en el plano físico, otras se realizan en el plano virtual buscando efectos en las dimensiones física, lógica o cognitiva. Considerando la guerra informativa como el fundamento de las guerras del siglo XXI, la condición básica para poder combatir en conflictos informatizados y una herramienta susceptible de utilizarse en todo el espectro del conflicto, la guerra informativa china es mucho más amplia que la desinformación, los ciberataques o la propaganda. Con una doble vertiente –una propagandística en apoyo a la guerra política y otra militar para el logro de la ventaja informativa sobre cualquier adversario– la guerra informativa china también se emplea profusamente en actividades de explotación con APT para apoyar el desarrollo nacional y actividades específicas de disuasión informativa –incluyendo, también el spoofing del GPS de buques adversarios21– para demostrar las capacidades chinas en este dominio. No descartemos que aprenda de las lecciones rusas en materia de subversión y desestabilización en la red, del desempeño de su guerra electrónica en Siria, Ucrania o los países bálticos a la vez que continúa explotando la apertura, interconexión y dependencia occidental de Internet para proyectar su poder en la zona gris y apoyar su desarrollo nacional en un juego internacional de suma cero. n


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