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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 862

Apenas habían pasado dos meses desde que el Ministerio del Aire hizo pública la resolución, el 20 de octubre de 1967, con los ganadores del concurso para la composición musical del Ese mismo AIRE que es imprescindible para la música, es capaz de transmitir toda una serie de sentimientos escuchando nuestro himno del Ejército sobre la Amistad, Integridad, Respeto y Entrega. himno del Ejército del Aire. Este concurso había sido publicado en el Boletín Oficial del Estado del 21 de enero de ese mismo año. Se trataba de poner música a una letra ya elegida para el himno, la del mencionado José María Pemán. Las composiciones que se presentaron al concurso no debían rebasar el intervalo de la novena en su extensión, al objeto de poder ser cantadas por voces corrientes. Además, debían estar instrumentadas para bandas de música con la siguiente plantilla: guión a tres o cuatro pautas, flautas dos, oboes dos, requintos (mi b) uno, clarinetes (si b) cuatro (principal, 1.°, 2.º y 3º), clarinete bajo (si b) uno, saxofón alto (mi b) dos, saxofón tenor (si b) dos, saxofón barítono (mi b) uno, fagot dos, trompeta (si b o do) dos, trombón tres (1.º, 2º y 3º), trompa. (mi b o fa) dos, fliscorno (si b) dos, bombardino (si b o do) dos, bajo (si b o do) dos, platillos, caja y bombo. El tiempo de duración del himno quedaba limitado a un máximo de dos minutos. Ricardo Dorado Janeiro resultó ser el ganador del concurso entre 198 aspirantes presentados, por su composición con el lema «Stop», dotado con 100.000 pesetas. El Primer Accésit, provisto con 30.000 pesetas, correspondió a la composición presentada con el lema «Victoria», cuyo autor es Mario Sellés Roig. Por último, el Segundo Accésit, premiado con 25.000 pesetas, fue para la composición presentada con el lema «Alas de España 1», de la que es autor Arturo Menéndez Alexandre. Atrás quedaba el primer himno, nacido con el propio Ejército del Aire en 1939, con música de Federico Moreno Torroba y letra del poeta Agustín de Foxá. Un texto acorde a otros tiempos, que lleva como nombre “Sobre campos y trincheras”. Desde aquel lejano día de la Patrona de 1967 en que se empezó a entonar el actual himno del Ejército del Aire, esta música se ha escuchado, con regularidad, en miles de actos en todas las Unidades de Aviación. Ha sido interpretada por numerosas bandas de música, normalmente acompañada por las voces de todos aquellos que, aviadores o no, nos sentimos orgullosos de esta Institución. Son 50 años en nuestra memoria colectiva en los que, a la par que cantábamos las estrofas de Pemán al ritmo de Dorado, nuestra mente se alimentaba de ese orgullo de “pertenencia” que solo la buena música es capaz de extraernos del corazón. La música nos permite volar sin despegar los pies del suelo, con la imaginación, y de la misma forma que para volar es necesario el aire, para la música también. Ese mismo AIRE que es imprescindible para la música, es capaz de transmitir toda una serie de sentimientos escuchando nuestro himno del Ejército sobre la Amistad, Integridad, Respeto y Entrega. Diario ABC. 12 de diciembre de 1967. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Abril 2017 265


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