304 Aviocar no derribado

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25 años del ataque en la antigua Yugoslavia Aviocar no derribado en la operación Deny Flight El 8 de marzo de 1994 un Aviocar del Ala 37 de la base aérea de Villanubla, destacado en la operación de Naciones Unidas Deny Flight, fue atacado cuando realizaba una misión de aerotransporte entre Zagreb y Split, en la antigua Yugoslavia. Trasladaba a personal de la OTAN y de UNPROFOR, además de carga y munición para abastecimiento logístico. La pericia de los cuatro tripulantes permitió el aterrizaje de emergencia de la aeronave con un solo motor, y que todos los que viajaban en la misma, pudieran salvar la vida. Han pasado veinticinco años y los protagonistas siguen recordando el suceso como el «casi milagro». Son el coronel Pedro Miguel Alfonso, entonces capitán, hoy destinado en la jefatura de la Base Aérea de Zaragoza; el teniente coronel Carlos Enrique Herráiz, teniente en aquella época, hoy en el Ala 35; el teniente coronel Jacinto Chozas, también teniente cuando sucedió el hecho, hoy teniente coronel y representante nacional de programas espaciales en Francia SATCOM-SPAINSAT; y el subteniente Cándido Rodríguez, entonces sargento 1º, y que hoy sigue destinado en el Ala 37. «Es difícil saber por qué uno está a veces en el lugar inadecuado en el momento inadecuado. Pero quizá sea más complicado entender por qué se consigue salir sano y salvo de tal situación para poder compartirlo, veinticinco años después, con los que no estuvieron allí», reflexiona el teniente coronel Jacinto Chozas. La prensa nacional de la época contaba que un avión de transporte militar José Luis Grau Domene español C-212 Aviocar había resultado alcanzado por fuego antiaéreo, al parecer por la onda de un misil, cuando volaba de Zagreb a Split, en Croacia. Cuatro pasajeros -un militar norteamericano, otro francés, otro británico y un holandés- habían resultado heridos leves. El ataque, que fuentes de la OTAN habían calificado de «provocación » se había producido a las 12.35 horas a 55 kilómetros al este de Rijeka, cerca de la Krajina croata, ocupada por los serbios. El avión había resultado alcanzado en el motor izquierdo y había recibido varios impactos en el fuselaje y la cola, por lo que había tenido que realizar un aterrizaje de emergencia en Rijeka, en la costa croata. La aeronave volaba a unos 7.000 pies (2.100 metros) de altura y, según fuentes militares españolas, pudo resultar alcanzada por fuego de artillería de mediano calibre, 20 milímetros como máximo, o por la onda expansiva de un misil, ya que de recibir un impacto directo el aparato habría sido derribado. Recuerda el teniente coronel Chozas que en aquella época el T-12 Aviocar era el primer y también único avión español asignado a la operación. Se le había dado ubicación en un parking de la base que permitía a tripulación y ocupantes, en apenas cinco minutos, embarcar con los motores en marcha. Durante el ya histórico vuelo «las fases de despegue, ascenso y crucero inicial transcurrieron con total normalidad, acompañadas por unas condiciones meteorológicas favorables, hasta el momento en que una fuerte sacudida, acompañada de un intenso estruendo, Crónica del diario ABC del suceso Portada del diario ABC con el suceso 304 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Abril 2019


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