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179 Antonio Fonfría El gasto en defensa en España. Una nota metodológica disuasión3, y el orden de prioridad que se le concede a la política de defensa en el conjunto de las políticas de un país. Es una medida de input que recoge un conjunto extremadamente diverso de gastos e inversiones que, en este último caso, tienen períodos de vida muy prolongados, pudiendo superar los treinta años en el caso de equipos como sistemas y plataformas navales, aéreas o terrestres. En ocasiones, también se trata de utilizar como un indicador de output, pero genera algunos problemas relativos a qué se está midiendo exactamente, ya que el output se encuentra unido a los resultados obtenidos derivados de la defensa, aspecto extremadamente complejo de cuantificar. En ese caso, habría que computar, por ejemplo, productividades o efectos generados por casos concretos de disuasión que no son sencillos de cuantificar. La necesidad de tener mediciones correctas del gasto en defensa va más allá de cuestiones presupuestarias o de una rendición de cuentas. En el caso de un importante conjunto de países, tiene que ver con la seguridad colectiva y la defensa compartida, esto es: con la participación en alianzas generalmente militares –la OTAN particularmente, en las cuales las aportaciones económicas marcan el peso que posee cada país en la toma de decisiones. Por tanto, a las cuestiones presupuestarias internas es necesario sumar aquellas que se refieren a la capacidad de influencia internacional en determinados foros y ámbitos económicos, industriales y militares. Esta situación requiere de la existencia de datos comparables internacionalmente, lo cual no es sencillo, debido a que los países computan de manera diferente las diversas partidas de sus presupuestos de defensa. Adicionalmente, hay una importante falta de transparencia en todo lo que rodea la información sobre el gasto en defensa. Ello no es tanto debido a que sea una variable estratégica para los países –en términos generales, lo cual requeriría una cierta opacidad informativa; sino a la percepción social, poco proclive a realizar este tipo de gasto, particularmente en Europa. El objetivo de este trabajo es analizar las distintas formas de medición del gasto en defensa que realizan las fuentes internacionales más relevantes y comparar sus resultados con los que se derivan del gasto en defensa español analizado a través de sus presupuestos. Este análisis trata de contribuir al debate acerca de cuáles son los criterios que se deben integrar en una definición de gasto en defensa que incluya los aspectos realmente unidos a la defensa, sin entrar en solapamientos derivados de la consideración de otros gastos cercanos, como son los de seguridad interior –básicamente policial o homeland security-. Si bien es cierto que estos últimos contribuyen globalmente a la seguridad, no se pueden considerar estrictamente gasto en defensa. Desde esta perspectiva, no se va a considerar como gasto en defensa el vinculado estrictamente a interior, ya que tanto por su naturaleza, como por su orientación, responde a necesidades diferentes4. 3  Lógicamente no es la única, ya que se puede acudir a indicadores relativos a los medios materiales y humanos disponibles por un país. Pero desde la perspectiva económica supone un indicador clave que se suele relativizar por el tamaño económico del país, su población, superficie, etc. 4  Bien es cierto que en algunos casos tienden a solaparse e incluso confundirse ambos campos,


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